sábado, mayo 30, 2015

Serguéi Yesenin, I

Serguéi Yesenin
Serguéi Alexándrovich Yesenin, también transliterado como Serguéi Aleksándrovich Esenin
Nace en Riazán, 3 de octubre de 1895 – muere en Leningrado, 28 de diciembre de 1925

Fue un destacado poeta ruso. Nació en el seno de una familia de campesinos, en la circunscripción de Kozminsk, distrito de Riazan. Fue reconocido como exponente de la intelectualidad campesina. En la base de la primera poesía eseniniana está el amor por la tierra natal. Por la tierra natal campesina, no por Rusia con sus ciudades, sus fábricas, sus establecimientos, sus universidades, sus teatros, con su vida política y social. La patria para él era su pueblito, los campos y los bosques. En 1921 conoció a la bailarina Isadora Duncan, con quien protagonizó un famoso romance, publicitado como el amor entre el poeta campesino y la diva. Se casó el 2 de mayo de 1922 y viajó con ella por Europa occidental y Estados Unidos. Regresó en mayo de 1923 acosado por el alcoholismo y por la nostalgia por Rusia y luego se divorció. La noche entre el 27  y 28 de diciembre de 1925 se suicidó en el hotel Angleterre de Leningrado. “Sergei Esenin, anudándose dos veces alrededor del cuello el cinturón de la valija que había traído de Europa, empujó el banquito con sus pies y quedó suspendido del lazo, el rostro vuelto hacia la noche azul, la mirada fija en la plaza Isacckievskaia”.

Fragmentos Varios

Sí, yo poco me he dispuesto
para una vida en paz y entre sonrisas.
Y cuanto más corto ha sido mi camino
tanto mayores mis caídas.

---

Escuchan los arbustos
el silbido del viento...
Pueblito abandonado,
mi pueblito natal...

---

¡Oh patria, ha llegado tu hora
feliz y fatal!
Nada hay más bello
que tus ojos de ternera.

---

En los pesebres campesinos
ha nacido la llamarada
por la paz de todo el mundo,

---

Para el melancólico que vaga por los campos
el viento canta más fuerte que para los demás.
Oculta su dolor con excentricidades:
Porque sin extravagancias
no puedo habitar la tierra.

---

¡He aquí el pueblo! Pero, ¿por qué diablos
vociferaba en mis versos que era amigo del pueblo?
Mi poesía aquí no sirve para nada,
y posiblemente yo tampoco.

---

¡Amigo mío, amigo mío! Sólo la muerte cierra
los ojos que han comenzado a comprender.

***

La Aldea

Todavía le hago una reverencia
a los campos que en un tiempo amé.

Desde los lugares donde crecí bajo el arce,
donde me tendía sobre la hierba amarilla,
les envío un saludo a los gorriones y a las cornejas,
a la lechuza que sollozaba en la noche.

A ellos les grito en las lejanías primaverales:
“Queridos pájaros, en el tembloroso azul
hagan saber que dejé de hacer escándalos…”

***

El Advenimiento

¡Señor, yo creo!
Pero levanta hasta tu paraíso
al pueblo traspasado
por dardos de lluvia.

Tras la cima inaccesible,
en el azul de los valles,
otra vez Dios mío
Tu hijo se me aparece.

Yo sufro por ti
en los pueblos campesinos;
por una Rusia que ya no está ciega
Él porta su cruz.

Los montes cantan el milagro,
la arena resuena en el paraíso.
Yo creo: 
¡oriente parirá un ternero!

A los mares de arena y de trigo
llegará el ternero recién nacido...
¡Qué lejos está el tiempo del encuentro,
qué próxima la ruina!

Ladran las nubes,
aúlla el firmamento de dientes dorados...
Canto e invoco:
¡Señor, haz nacer el ternero!

Al amanecer y al mediodía,
con el canto celeste del trueno,
Él colmará de leche
nuestros áridos días.

Y de la tarde a la mañana,
glorificando el campo sin ocaso,
presagiará con estrellas
una cosecha de espinas plateadas.

***

¡Hosanna In Excelsis!

¡Hosanna in excelsis!
Cantan los montes del paraíso.
Y en ese paraíso puedo verte
mi pueblo natal.

Bajo la encina de Mamre se sienta
el abuelo de rojos cabellos,
resplandece su vello
tupido de estrellas.

Y el sombrero de piel de gato
que llevaba en los días de fiesta
contempla aterido, como una luna,
la nieve de las tumbas familiares.

***

Sacudimos El Cielo A Empellones...

Sacudimos el cielo a empellones,
con las manos plegamos las tinieblas
y de la espiga seca
hacemos volar semillas de estrellas.

¡Oh Rus, estepas y vientos,
y tú, casa paterna!
Sobre el techo dorado
anida el trueno primaveral.

Con avena alimentamos la tormenta,
con ruegos abrevamos el valle,
y nuestros campos azules
ara el buey de la razón.

***

Fe Campesina

Amo al mundo y a Dios
como al fuego del hogar.
Todo en ellos es santo y bendito,
todo luminoso y vivaz.

La amapola escarlata del ocaso
reverbera en el vidrio lacustre.
E inmerso en el mar del trigal,
de la boca me nace una imagen:
el cielo ya sin peso lame
a su rosado ternerito.

***

Un Dios Campesino

Mendigante por la estepa iba el Señor
poniendo a prueba el amor humano.

El viejo abuelo, sentado en un tronco del bosque,
masticaba su pan con las encías.
El abuelo vio al mendigo en el camino,
en el sendero, con un bastón de hierro.
Lo mira: está enfermo, tiembla de hambre.
Y piensa: ¡pobre, cuánto ha caído!

Se aproximó el Señor ocultando su pena;
pensando: sin duda son de piedra sus corazones...

Y le dijo el viejito, tendiéndole la mano:
toma, mastica un poco... te hará bien.

***

Hasta La Vista...

Manuscrito que se encontró en la habitación donde Serguéi Yesenin se suicidó

Hasta la vista, amigo mío, hasta la vista. 
Querido mío, estás en mi pecho. 
La predestinada separación 
promete una cita en el porvenir. 

Hasta la vista, amigo mío, sin dar la mano, sin palabras. 
No te aflijas; no pongas tan triste el ceño. 
En esta vida el morir no es cosa nueva; 
pero el vivir —seguro— es menos novedad.

-otra versión-

Hasta pronto, amigo mío, hasta pronto, 
querido mío, te llevo en el corazón. 
La separación predestinada 
promete un nuevo encuentro.

Hasta pronto, amigo mío, sin gestos ni palabras, 
no te entristezcas ni frunzas el ceño. 
En esta vida el morir no es nuevo 
y el vivir, por supuesto, no lo es.

*****

Sin Lamentos

Sin quejas, ni lamentos ni llantos
como el humo a través del florido manzano
hasta mí llegó la marchitez dorada
ya no seré más joven y lozano.

Ya no late con la fuerza de antes
mi corazón tocado por el hielo
y caminar descalzo por el bosque
ya no es una ilusión, no es un anhelo.

El deseo de aventura cada vez es menor
y el fuego de los labios ya se ha ido
¡oh mi joven y lejano frescor
mis antaños pletóricos sentidos!

Ahora son escasos mis afanes
¿he vivido mi vida o la he soñado?
Es como si en un alba primaveral
galopé sobre un caballo rosado.

Nuestro destino es frágil y finito
el cobre de las hojas lento emana
por todos los siglos sea bendito
lo que florece hoy para morir mañana.

*****

Sólo Me Queda Una Diversión...

Sólo me queda una diversión:
los dedos en los labios y un alegre silbido.
Ya se ha esparcido mi mala fama
de peleador y escandaloso.

¡Qué ridícula mala fama!
Hay muchas caídas tontas en la vida.
Me avergüenzo de haber creído en Dios,
y me entristezco de no creer ahora.

¡Remotas lejanías doradas!
Todo arde en la rutina cotidiana.
Si blasfemé y fui escandaloso
fue para arder con mayor fulgor.

Acariciar y fustigar es el don del poeta
lleva sobre sí un signo fatal.
Yo quise enlazar sobre este mundo 
a la rosa blanca y el sapo negro.

¡Qué importa no se hayan realizado
estos designios de los días buenos!
Si los demonios anidaron en mi espíritu
es porque los ángeles vivían en él.

Por estos alegres desvaríos,
yo quisiera en el postrer instante 
antes de partir hacia otras comarcas
pedir a todos los que me acompañen
que por mis pecados mortales, 
por no creer en el paraíso,
con mi camisa rusa me amortajen
y bajo los astros me dejen expiar.

***

Estoy Cansado…

Estoy cansado de vivir en mi país natal,
con la nostalgia de las extensiones de trigo negro;
dejaré mi choza,
partiré como un vagabundo y un ladrón…

Volveré a la casa paterna
a regocijarme con el júbilo ajeno.
Y en una noche verde, bajo la ventana,
con la manga de mi camisa me ahorcaré.

Los sauces de plata contiguos a la cerca
inclinarán sus cabezas con mayor dulzura aún.
Y sin lavarme, sin el menor ritual,
se me enterrará bajo los aullidos de los perros.

La luna continuará bogando por el cielo,
perdiendo sus remos en el agua de los lagos;
y Rusia siempre será la misma,
danzando y llorando alrededor de las empalizadas.

sábado, mayo 23, 2015

Mário de Sá-Carneiro

Mário de Sá-Carneiro
(Lisboa, 19 de mayo de 1890 — París, 26 de abril de 1916) 

Fue un poeta, cuentista y novelista portugués, uno de los mayores exponentes del Modernismo en Portugal y uno de los más famosos miembros de la llamada Generación de Orpheu. Se quedó huérfano con apenas dos años, y quedó al cuidado de sus abuelos, en la Quinta da Vitória, en la freguesía de Camarate, cerca de Lisboa, donde pasó la mayor parte de su infancia. Se inició en la poesía con doce años, y a los quince ya traducía a Victor Hugo, y con dieciséis a Goethe y Schiller. Ya durante su estancia en el colegio comenzó a escribir. En 1911, con diecinueve años, se mudó a Coímbra, donde se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Coímbra, mas no concluyó ni siquiera el primer año. Sin embargo, allí conoció al que fue, sin duda, su mejor y más cercano amigo, Fernando Pessoa. En julio de 1915 en París, desde donde le escribió a Pessoa cartas de una creciente angustia, en las cuales se ve tanto la progresiva decadencia de un hombre perdido en el "laberinto de su propio yo", como la evolución y maduración de la escritura de Sá-Carneiro. Su crisis de personalidad lo llevaría, más tarde, a abrazar un estilo en el que se nota el frenesí de las experiencias sensoriales, pervirtiendo y subvirtiendo el orden lógico y demostrando su incapacidad para vivir el mundo real, y soñando por ello otro ideal o con la aniquilación del yo, lo que terminaría conduciéndole al suicidio. Decepcionado por la diferencia entre su vida real y la que imaginaba, entró en una progresiva depresión, que le condujo al suicidio, perpetrado en el Hôtel de Nice, en Montmartre, mediante la ingestión de cinco frascos de arseniato de estricnina en presencia de su amigo José de Araújo. Tenía tan sólo veintiséis años.

Yo no soy ni yo ni el otro,

soy tan sólo algo intermedio:
pilar del puente del tedio
que va desde mí hasta el Otro.

*** 

De Repente Mi Vida

...De repente mi vida
por la cuneta se perdió…
Mejor dejarla tranquila
en el fondo de un cajón…
¿Y si yo apagara las linternas
para que nadie más me viera,
y mi vida huyera
con el rabito entre las piernas?

***

El Fantasma

¿Qué haré yo en la vida -Emigrado
Astral después de qué fantaseada guerra,
cuando este Oro al fin caiga por tierra?,
pues, aunque verdoso, es Oro sin embargo.

¿De qué revuelta o país predestinado?
Pobre lisonja el velo que me encierra...
Imaginaria y pertinaz, ¿qué fuerza
mágica desprende mi pasmo frustrado?

La escalera es insegura y peligrosa:
se va extendiendo una mancha dudosa
por la alfombra, los pasamanos se han partido...

Mi norte lo han tapado con viejos trapos,
las hormigas sobre mi suerte se han parado,
se me han muerto niños en los sentidos...

***

Pied-De-Nez

Ahí va mi Dolor pegando saltos
por el salón alfombrado de rojo -
Mi satén de ternura ensebado,
todos los encajes de mi ansia rotos...

El Error siempre riéndome disparatado -
falso misterio, pero que no se abarca...
De antiguo armario que cruje aciago,
mi alma actual es el verdoso espejo...

En mí llora un payaso dando piruetas;
mi castillo en el aire helo vendido -
y, entretanto, se fueron a por violetas,
me dieron besos sin haberlos pedido...

Pero como siempre, al final – banderas negras,
tómbolas falsas, un destrozado tiovivo…

*** 

Ganas De Dormir

Hilos de oro tiran de mí
levantándome en el polvo -
cada uno hacia su fin,
cada uno hacia su norte...

-Ay, qué soledades de la muerte...

Quiero dormir... anclar...

¡Arrancadme esta grandeza!

-¿Para qué me sueña la Belleza,
si no la puedo transmigrar?...

***

Ultra-Tedio

Nada me expira ya, nada me vive -
ni la tristeza ni los bellos momentos.

Por no tenerlas y por nunca poder poseerlas,
me hastían incluso las cosas que no tuve.

Cómo quisiera, por fin con el alma olvidada,
dormir en paz en una cama de hospital...

Cansé dentro de mí, cansé la vida
de tanto pasearla por la luz irreal.

Otrora imaginé escalar los cielos
a fuerza de ambición y de nostalgia,
y enfermo-de-Joven-Dios, me fui
tras el gran rastro dorado que me ardía.

Partí. Mas pronto regresé al dolor,
pues todo se me desmoronó... Todo era igual:
la quimera, ceñida, era real,
¡la propia maravilla tenía color!

Retumbándome en silencio, la noche oscura
me lanzó así a la caída sin remedio;
yo mismo me tragué en la profundidad,
me sequé por completo, me endurecí de tedio.

Y sólo me queda hoy una alegría:
que, de tan iguales y vacíos,
los momentos se esfuman día a día
cada vez más veloces, más escurridizos...

***

Estatua Falsa

Mis ojos sólo se doran con oro falso;
soy esfinge sin misterio al poniente.

La tristeza de las cosas que no pasaron
en mi alma descendió veladamente.

En mi dolor se quiebran espadas de ansia,
gajos de luz entre tinieblas se cruzan.

Las sombras que proyecto no perduran;
como el Ayer, para mí, el Hoy es distancia.

Ya no me estremezco frente a lo secreto;
nada me enturbia ya, nada me aterra:
la vida corre sobre mí en guerra,
¡y ni siquiera un escalofrío de miedo!

Soy estrella ebria que los cielos perdió,
sirena loca que abandonó el mar;
soy templo a punto de desmoronarse sin dios,
estatua falsa todavía erguida en el aire...

***

Fin 

Cuando yo muera que batan latas,
que a dar saltos y piruetas empiecen,
que en el aire los látigos chasqueen,
¡que llamen payasos y acróbatas!

Que mi ataúd vaya sobre un burro
enjaezado a la andaluza…
A un muerto nada se le recusa,
¡y yo quiero a la fuerza ir en burro!

***

El Cielo En Llamas 
(fragmento)

Octubre, 12. 
Si yo fuera quien soy... ¡Qué triunfo! 

Noviembre, 15. 
¿Seré una nación? 
¿Me habré convertido en un país? 
Puede ser. 
Lo cierto es que siento plazas dentro de mí.

Noviembre, 16. 
Me he convertido en una nación...
...Grandes carreteras desiertas... 
árboles, ríos, torres... puentes... muchos puentes...
No me puedo abarcar. 
Me sobro. 
Me agito dentro de mí. 

***

Incesto 
(fragmento)

Un artista puede sufrir mucho, 
ser cautivo de una sempiterna tristeza hasta el instante de su muerte. 
Diría, incluso, 
que algunos de los mayores canallas que han poblado esta tierra 
pertenecían a la categoría de los artistas. 
Sin embargo, 
por muy amarga que pueda ser la vida, 
siempre brilla un rayo de sol. 
La amargura de la desgracia 
no confirmaba la existencia de un perenne y desolado vacío 
que es la miseria más grande y más real de este mundo. 

***

La Confesión De Lucio 
(fragmento)

Y comenzó danzando... 
La envolvía una túnica blanca, listada de amarillo. 
Cabellos sueltos, locamente. 
Joyas fantásticas en las manos; y los pies descalzos, constelados...

¡Ay!, cómo expresar sus pasos silenciosos, húmedos, fríos de cristal; 
o el tremor de su carne ondeando; 
el alcohol de sus labios que, en un refinamiento, ella dorara 
– toda la harmonía desvanecida de sus gestos; 
todo el horizonte difuso que en sus giros suscitaba, nevadamente...

Entretanto, al fondo, en un altar misterioso, el fuego se encendía... 
Lentamente la túnica se le va resbalando, 
hasta que, en un éxtasis sofocante, zozobra a sus pies... 
¡Ah!, en ese momento, 
frente a la maravilla que nos brindó, 
nadie pudo contener un grito de asombro...

Quimérico y desnudo, 
su cuerpo estilizado 
se erguía litúrgico entre mil cintilaciones irreales.
Como los labios, 
las puntas de los senos y el sexo estaban dorados 
– de un oro pálido, enfermizo. 

Y toda ella serpenteaba en misticismo escarlata 
queriéndose entregar al fuego...
Más el fuego la repelía...
Entonces, en una última perversidad, 
de nuevo tomó los velos y se cubrió, 
dejando apenas desnudo el sexo áureo 
– terrible flor de carne estremecida de agonías magenta...
Vencedora, todo fue luz sobre ella...
Y, otra vez desvestida 
– ardiente y feroz, 
saltaba ahora por entre las llamas, rasgándolas: 
enmarañando, poseyendo todo el fuego borracho que la ceñía.
Mas, finalmente, saciada 
tras extrañas epilepsias, 
en un salto prodigioso, 
como un meteoro –rojo meteoro- 
ella vino a caer en el lago 
que mil lámparas ocultas teñían de azul ceniza.
Entonces fue la apoteosis: 
Toda el agua azul, al recibirla, 
se volvió roja de brasas, ondulante, 
ardiente por su carne que el fuego penetrara...
En un ansia de extinguirse, poseída, 
la fiera desnuda se sumergió...
Mas, cuanto más se abismaba, 
más era luz a su alrededor...
...Hasta que, por fin, misteriosamente, 
el fuego se apagó en oro, 
y, muerto, su cuerpo flotó, heráldico, 
sobre las aguas doradas, tranquilas, muertas también. 

***

Manucure 
(fragmento)

En la sensación de estar puliendo mis uñas,
Súbita sensación inexplicable de ternura,
Todo está incluido en mí - piadosamente.

Mientras tanto estoy aquí, solo, en el café:
De mañana, como siempre, en bostezos amarillos.
De vuelta, las mesas apenas - ingratas y duras, 
esquinadas en su desgracia bocal, cuadrangular y libre pensadora...

Afuera; día de Mayo en luz
El sol - día brutal, provinciano y democrático
Que mis ojos delicados, refinados, erguidos y citadinos
No pueden tolerar 
- y apenas forzados soportan las náuseas. 
Toda mi sensibilidad se ofende con este día 
que tendrá rapsodas entre los amigos con quienes transito a veces -
Morenos, naturales, de bigotes generosos -
Que escriben, pero tienen partido político
Y asisten a congresos republicanos,
Van a las mujeres, gustan de vino tinto,
De puerros o de sardinas fritas...

Y yo siempre con la sensación de pulir mis uñas
Y de pintarlas con un barniz parisiense,

Me voy enterneciendo más y más
Hasta llorar por mí mismo...
Mil colores en el Aire, mil vibraciones palpitantes,
Brumosos planos torcidos,
Abatiendo flechas, volúmenes listos, discos flexibles,
Llegan tenuemente a perfilarme toda la ternura que pudiera haber sentido,
Todos los escenarios a los que fui penetrando...
Es como, poco a poco, se me encauza la obsesión débil de una sonrisa
Que espejos vagos reflejaron...
Leve inflexión a torturar...
Fino escalofrío cristalizado...
Dislocamiento inalcanzable...
Veloz chispa atmosférica...

Y todo, todo así me ha conducido en el espacio
Por innumerables intersecciones de planos
Múltiples, libres, resbaladizos.

Es allí, en el gran Espejo de fantasmas
Donde ondula y borbotea todo mi pasado,
Se desmorona mi presente,
Y mi futuro ya es polvo... 

sábado, mayo 16, 2015

Daisy Zamora

Daisy Zamora
(20 de Junio de 1950 Managua, Nicaragua)

Escritora nicaragüense.  Fue Vice-Ministra de Cultura de Nicaragua.  Ha publicado cinco poemarios en español (el más reciente, Tierra de Nadie, Tierra de Todos, Casa de Poesía, San José, Costa Rica, 2007) y cuatro en inglés en los Estados Unidos e Inglaterra. Sus poemas han sido incluidos en más de cincuenta antologías en quince idiomas.

Mensaje Urgente A Mi Madre

Fuimos educadas para la perfección:
para que nada fallara y se cumpliera
nuestra suerte de princesa-de-cuentos
infantiles.

¡Cómo nos esforzamos, ansiosas por demostrar
que eran ciertas las esperanzas tanto tiempo
atesoradas!

Pero envejecieron los vestidos de novia
y nuestros corazones, exhaustos,
últimos sobrevivientes de la contienda.

Hemos tirado al fondo de vetustos armarios
velos amarillentos, azahares marchitos
ya nunca más seremos sumisas ni perfectas.

Perdón, madre, por las impertinencias
de gallinas viejas y copetudas
que sólo saben cacarearte bellezas
de hijas dóciles y anodinas.

Perdón, por no habernos quedado
donde nos obligaban la tradición
y el buen gusto.

Por atrevernos a ser nosotras mismas
al precio de destrozar
todos tus sueños.

***

Celebración Del Cuerpo

Amo este cuerpo mío que ha vivido la vida,
su contorno de ánfora, su suavidad de agua,
el borbotón de cabellos que corona mi cráneo,
la copa de cristal del rostro, su delicada base
que asciende pulcra desde hombros y clavículas.

Amo mi espalda pringada de luceros apagados,
mis colinas translúcidas, manantiales del pecho
que dan el primer sustento de la especie.
Salientes del costillar, móvil cintura,
vasija colmada y tibia de mi vientre.

Amo la curva lunar de mis caderas
modeladas por alternas gestaciones,
la vasta redondez de ola de mis glúteos
y mis piernas y pies, cimiento y sostén del templo.

Amo el puñado de pétalos oscuros, el oculto vellón
que guarda el misterioso umbral del paraíso,
la húmeda oquedad donde la sangre fluye
y brota el agua viva.

Este cuerpo mío doliente que se enferma,
que supura, que tose, que transpira,
secreta humores y heces y saliva,
y se fatiga, se agota, se marchita.

Cuerpo vivo, eslabón que asegura
la cadena infinita de cuerpos sucesivos.
Amo este cuerpo hecho con el lodo más puro:
semilla, raíz, savia, flor y fruto.

***

Al Pie De La Diosa Blanca

Es cierto que te he traicionado.
Por años te pospuse con argumentos vanos.
¡Cómo desatendí tus llamados!
Quise taparme los oídos con la dorada
cera de las abejas, pero
no era de sirenas tu canto.
Hasta en sueños me perseguías
e hiciste yunque de mi pobre cabeza
y yo, necia, me negaba a obedecerte.
Pero prevaleciste, oh Diosa, sobre mí
y sobre la voluntad de quienes quisieron
encadenarme en el antiquísimo rol.
Tampoco puede decirse que fui cobarde
porque de algún modo supe resistir.
Te filtrabas, aliento que hinchó el alma.
He sobrevivido al menos, Diosa, y te hablo,
vencedora: soy tuya para siempre.

***

Vuelvo A Ser Yo Misma

Cuando entro con mis hijos a su casa, vuelvo
a ser yo misma.
Desde su mecedora ella
nos siente llegar y alza la cabeza.
La conversación no es como antes.
Ella está a punto de irse.
Pero llego a esconder mi cabeza
en su regazo, a sentarme a sus pies. Y ella me contempla
desde mi paraíso perdido
donde mi rostro era otro, que sólo ella conoce.
Rostro por instantes recuperado
cada vez más débilmente
en su iris celeste desvaído
y en sus pupilas que lo guardan ciegamente.

***

Preñez

Esta inesperada redondez
este perder mi cintura de ánfora
y hacerme tinaja,
es regresar al barro, al sol, al aguacero
y entender cómo germina la semilla
en la humedad caliente de mi tierra.

***

Granizo
A mis hijos

Si ya no los tengo, si ahora
sólo sombras abrazo,
y en mi tímpano aún vibra
el rumor de sus risas
y el bullicio de sus voces
y carreras
lanzándose los pedruscos
congelados
como si fueran motas
de algodón,

¿a qué vienes, granizo,
desde el cielo?

¿a desgranar más hielo
sobre el hielo?

***

Visión De Tu Cuerpo

En la habitación apenas iluminada
tuve una dicha fugaz:
la visión de tu cuerpo desnudo
como un dios yacente.
Eso fue todo.

Indiferente
te levantaste a buscar tus ropas
con naturalidad
mientras yo temblaba estremecida
como la tierra cuando la parte el rayo.

***

Día De Las Madres
A mi hija e hijos

No dudo que les hubiera gustado tener
una linda mamá de anuncio comercial:
con marido adorable y niños felices.

Siempre aparece risueña —y si algún día llora—
lo hace una vez apagados reflectores y cámaras
y con el rostro limpio de maquillaje.

Pero ya que nacieron de mí, debo decirles:
Desde que era pequeña como ustedes
ansiaba ser yo misma —y para una mujer eso es difícil—
(Hasta mi Ángel Guardián renunció a cuidarme
cuando lo supo).

No puedo asegurarles que conozco bien el rumbo.
Muchas veces me equivoco,
y mi vida más bien ha sido como una dolorosa travesía
vadeando escollos, sorteando tempestades,
desoyendo fantasmales sirenas que me invitan al pasado,
sin brújula ni bitácora adecuadas
que me indiquen la ruta.

Pero avanzo. Avanzo aferrada a la esperanza
de algún puerto lejano
al que ustedes, hijos míos —estoy segura—
arribarán una mañana
—después de consumado
mi naufragio.

***

Nerudiana Otoñal

Del brazo de su marido
que comparte
no sabe con cuántas más,
pero, en fin, su marido.

Ella lo quiso, a veces
él también la quería.

Procura recordarlo
como ella lo conoció,
antes de que se volviera
el que sería después.

Ya no lo quiere, es cierto,
pero tal vez lo quiere.

¡Si al menos por un instante
pudiera ser la que era
cuando él la enamoró!

Es tan corto el amor,
y es tan largo el olvido.

Pero frena el intento.
Sabe que si se atreviera,
todo lo perdería, todo.

Eso es todo.  A lo lejos alguien canta.  A lo lejos.

***

A Una Dama Que Lamenta La Dureza De Mis Versos

Sucede que cuando salgo, lo primero que veo
es un vagabundo que hurga en la basura.
A veces, una loca sombrea su miseria
frente a mi casa.  Y el vacío de sus ojos insomnes
entenebrece la luz de la mañana.

Esquinas y semáforos invadidos por gentes
que venden cualquier cosa…  enjambres de niños
se precipitan a limpiar automóviles
a cambio de un peso, un insulto, un golpe.
Adolescentes ofertan el único bien: sus cuerpos.
Mendigos, limosneros, drogadictos: la ciudad entera
es una mano famélica y suplicante.

Usted vive un mundo hermoso: frondosas arboledas
canchas de tenis, piscinas donde retozan
bellos adolescentes. Por las tardes
niñeras uniformadas pasean en cochecitos
a rubios serafines.
Su marido es funcionario importante.
Usted y su familia vacacionan en Nueva York o París
y en este país están sólo de paso.

Lamenta mis visiones ásperas.  Las quisiera suaves,
gratas como los pasteles y bombones que usted come.
Siento no complacerla.  Aquí, comemos piedras.

***

Elegía Mínima

Acaba de morir una mujer sencilla.
Su vida de auxiliar de enfermería
fue útil a la especie.

No tuvo supermercados,
ni bancos,
no explotó a nadie.

Es decir, no fue dañina
como los magnates,
los dictadores,
los genios de las finanzas
y los politiqueros.

La noticia de su muerte
no será publicada
en ningún diario.
No hay campos pagados
presentando condolencias

a su familia.