lunes, marzo 23, 2015

José Asunción Silva, II

José Asunción Silva 
(27 de Noviembre de 1865- 24 de Mayo de 1896 Bogotá, Colombia)

Poeta y novelista colombiano nacido en Bogotá en 1865. Fue el precursor del modernismo en Colombia y es justamente considerado como el más importante poeta de Colombia y uno de los más importantes poetas de Latinoamérica. Romántico y modernista, autor de la novela «De sobremesa», perdió parte de su obra literaria en un naufragio, un año antes de su trágica muerte. En abril de 1896, en una carta a Eduardo Gutiérrez, comenta: «Vivo una vida inverosímil. No veo a nadie: trabajo el día entero y la mitad de la noche...». Para esa época, sus amigos son escasos; la familia materna le ha dado la espalda, la sociedad bogotana lo ignora, y sus pocos bienes personales tiene que entregarlos a sus acreedores u ofrecerlos a cambio del pago de un arriendo atrasado o de alguna emergencia. Días antes de su última voluntad, comentaba con su amigo Baldomero Sanín Cano, citando a Maurice Barrès: «los suicidas se matan por falta de imaginación». La madrugada del 24 de mayo de 1896, tras una pequeña velada con algunos amigos la noche anterior, José Asunción Silva sé disparó en el corazón, donde previamente se había hecho dibujar una cruz por el médico y amigo de infancia Juan Evangelista Manrique. Sus restos fueron inicialmente enterrados en el cementerio de los suicidas (en realidad en el «muro» de los suicidas del cementerio común), que estaba cerca al basurero de la ciudad, y posteriormente fueron trasladados al pasillo principal del Cementerio Central de Bogotá.

Juntos los dos

Juntos los dos reímos cierto día... 
     ¡Ay, y reímos tanto 
Que toda aquella risa bulliciosa 
     Se tornó pronto en llanto! 

Después, juntos los dos, alguna noche, 
     Reímos mucho, tanto, 
Que quedó como huella de las lágrimas 
     Un misterioso encanto! 

[...]

***

Luz de luna

Ella estaba con él...  A su frente
     Tan bella y tan pálida,
Penetrando a través de los vidrios
     De la antigua ventana
De la luna distante venían
     Los rayos de plata.

Él estaba a sus pies. De rodillas
     Mirando las vagas
Visiones que cruzan en horas felices
     Los cielos del alma.

Con las trémulas manos asidas,
Con el mudo fervor de quien ama,
Palpitando en los labios los besos,
     Entrambos hablaban
     El mudo lenguaje
     Sin voz ni palabras
En que, en horas de dicha suprema, 
Tembloroso el espíritu habla...

[...]

Unos meses después él dormía
     Bajo de una lápida
Ese sueño del cual nadie vuelve
El sueño postrero de paz y de calma.

[...]

De ese amor el tranquilo escenario
     En la risueña casa
Que escuchó sus promesas de amores
     Promesas sagradas!

[...]

Las nocturnas auras
Con los rayos de luna venían
Y al través de la reja llegaban
Entre vasos de niebla trayendo
Los perfumes de flores lejanas.

En un vidrio de la hoja entreabierta
     Muy cerca brillaban
Con trémula luz diamantina
     Unas líneas raras...
     Miré lentamente
     Las cifras extrañas!
     Aún me parece
En aquella actitud contemplarla!
Las cifras aquellas... sus nombres
     En letras grabados
Por la mano de aquél que hace un año
De la tierra en el seno descansa,
Por la mano de aquél que hace un año
En el mismo lugar la besara...

     Aroma de nardos,
Risueñas canciones lejanas,
Cariñosos recuerdos que vibran
     Cual sones de un arpa
     Rumores perdidos,
Del amor que en sollozos estalla,
     Calor de sus besos,
¿Por qué no volvisteis a su alma?...
A su pecho no vino un suspiro, 
A sus ojos no vino una lágrima, 
Ni una nube cruzó aquella frente 
     tan bella y tan pálida, 
Y mirando los rayos de luna 
Que al través del follaje filtraba
Murmuró con su voz argentina
¡Qué noche tan clara!

Junio 6 de 1883

***

Madrigal

Tu tez rosada y pura, tus formas gráciles
De estatuas de Tanagra, tu olor de lilas,
El carmín de tu boca, de labios tersos;
Las miradas ardientes de tus pupilas,
El ritmo de tu paso, tu voz velada,
Tus cabellos que suelen, si los despeina
Tu mano blanca y fina toda hoyuelada,
Cubrirte como fino manto de reina;
Tu voz, tus ademanes, tú... no te asombres;
Todo eso está ya a gritos pidiendo un hombre.

***

Melancolía

De todo lo velado, 
Tenue, lejana y misteriosa surge 
Vaga melancolía 
Que del ideal al cielo nos conduce.

He mirado reflejos de ese cielo 
En la brillante lumbre 
Con que ahuyenta las sombras, la mirada 
De sus ojos azules.

Leve cadena de oro 
Que una alma a otra alma con sus hilos une 
Oculta simpatía, 
Que en lo profundo de lo ignoto bulle,

Y que en las realidades de la vida 
Se pierde y se consume 
Cual se pierde una gota de rocío 
Sobre las yerbas que el sepulcro cubren.

Abril 24 de 1883

***

Midnight dreams

Anoche, estando solo y ya medio dormido, 
Mis sueños de otras épocas se me han aparecido.

Los sueños de esperanzas, de glorias, de alegrías 
Y de felicidades que nunca han sido mías,

Se fueron acercando en lentas procesiones 
Y de la alcoba oscura poblaron los rincones

Hubo un silencio grave en todo el aposento 
Y en el reloj la péndola detúvose al momento.

La fragancia indecisa de un olor olvidado, 
Llegó como un fantasma y me habló del pasado.

Vi caras que la tumba desde hace tiempo esconde, 
Y oí voces oídas ya no recuerdo dónde.

Los sueños se acercaron y me vieron dormido, 
Se fueron alejando, sin hacerme ruido

Y sin pisar los hilos sedosos de la alfombra 
Y fueron deshaciéndose y hundiéndose en la sombra.