martes, febrero 09, 2016

Antonia Pozzi, (1/2)

Antonia Pozzi 
(Milán, 13 de febrero de 1912 - 03 de diciembre de 1938) 

Fue una poetisa italiana. Nacida en Milán en 1912, a los veinticinco años había sido tal vez la única mujer de su generación en culminar estudios superiores y postgrado en letras en la universidad de Milán, siendo por lo demás, la alumna más destacada. Mujer de una belleza física y espiritual extraordinaria, a los veintiséis años ha escrito la totalidad de su obra poética (el poemario Palabras –Parole- Pozzi, Milán 1938) bajo la premisa de una ética-poética de vida que no le permitió concesiones ni amparos a su incesante e intensa visión de la existencia, como un tránsito apasionado, amoroso, pero determinado por la profunda soledad y el desarraigo, en un mundo no menos amado que ajeno, desde donde vislumbra la otra orilla infinita. Así, esta mujer que nos ofrendó su canto y su amor, nos ofrenda también su vida el 3 de Diciembre de 1938, envuelta en los crepúsculos de la campiña lombarda. A los 26 años se quita la vida con una sobredosis de barbitúricos.


Funeral Sin Tristeza

Esto no es estar muertos.
Esto es volver al pueblo, a la cuna.
Claro está el día
como la sonrisa de una madre que había esperado
campos de escarcha
árboles de plata
crisantemos rubios
las niñas vestidas de blanco con velos color de perla
voz del color del agua aún viva entre de tierra.

Las llamas de las velas desmayadas en la luz matutina
dicen lo que es este desvanecer de las cosas terrenas.
Dulces, este volver de los humanos por puentes aéreos de cielo
por cándidas crestas de montes soñados
a la otra orilla
a los prados del sol.

***

Soledad

Aunque el olor de las hojas nuevas 
te despierte a un deseo de humano sol
y el ocaso aún no transfigurado en noche
te empuja por caminos de tierra,
lejanos los umbrales apagados del cielo,
inútilmente buscas a quien pueda en esta hora
llegar a través de tu deseo junto a tu corazón.
Verdad es que nadie llega a tu corazón inaccesible.
Él está hecho solo.
Condenado a los gritos de sus golondrinas.

***

Voz

Tenía voz en ti el universo de las cosas mudas
las esperanza que está sin alas en los nidos
que está bajo tierra no florecida.
Tenía voz en ti el misterio de la tarde
lo que junto a una muerte quiere tornarse vida.

El hilo de hierba bajo hojas podridas.
La risa primera de un niño salvado
al lado de una agonía
en un corredor de hospital.

Ahora, cuando de las altas ramas de los campanarios
cae un repique
y en el corazón se hunde
como un fruto en el campo arado
entonces,
tienes voz tú en mí
con esa nota amplia y sola
que dice los sueños sepultados del mundo
y la oprimida nostalgia de la luz.

***

Maternidad

Pensaba tenerlo en mí antes que naciera
mirando el cielo, la hierba, 
los vuelos de las cosas livianas, 
para que todo el sol bajara en él.
Pensaba tenerlo en mí tratando de ser buena,
buena para que toda la bondad vuelta sonrisa creciera en él.
Pensaba tenerlo en mí hablando a menudo con Dios
para que Dios lo mirara y nosotros fuéramos libertados en él.

***

Pudor

Si alguna de mis palabras
te deleita
y tú me lo dices
aunque sea sólo con tus ojos
Yo me abro
en una sonrisa santa
mas tiemblo
como una madre pequeña, joven
que empieza a sonrojarse
si un pasante le dice
que su hijo es bello.

***

Reflejos

Palabras – vidrio
que infielmente
reflejas mi sueño –
en vosotras pienso después del ocaso
en una oscura calle
cuando sobre los cuencos cae una lluvia de vidrios
fragmentados a lo largo
esparcida en la tierra iluminada.

***

La Vida Soñada

Quien habla conmigo
no sabe que yo he vivido otra vida
como aquel que te dice un cuento o una parábola santa.
Porque tú eras la pureza mía,
tú, cuyas lágrimas dulces corrían en la profundidad de los ojos
si mirabas hacia arriba y así te parecía más hermosa.

Oh velo de mi juventud
mi vestidura clara, verdad desvanecida
Oh mundo luminoso de toda una vida que fue sueño tal vez.
Por haberte soñado mi vida querida
bendigo los días que me quedan
que sirven para llorarte.

***

Plegaria A La Poesía

Oh, tú, me inquietas el alma 
Poesía:
Tú sabes si fallo y me pierdo
Tú que entonces te me niegas
y callas.

Poesía, contigo me confieso,
pues eres mi voz más profunda.
Camino por un prado de oro 
el césped es mi corazón roto
pisoteado sobre la tierra
esa tierra donde me diste el más suave de tus cantos
donde al amanecer por primera vez
vi volar una alondra en el sereno
y con los ojos traté de alzar el vuelo.

Poesía, que eres mi remordimiento más profundo
ayúdame tú para que vuelva a encontrar
mi alta comarca abandonada.

Poesía que sólo te entregas
a quien con ojos llorosos te busca
hazme digna de ti nuevamente.

Poesía que me miras.

***

La Alondra

De la sombra de los olmos
salíamos al camino
para volver
Sonreíamos al futuro
como niños tranquilos
Nuestras manos unidas
componían un fuerte caracol
que custodiaba la paz
y yo estaba tranquila
como si tú fueras un santo
que aplacas la inútil tempestad
y caminas sobre el lago

Yo era un inmenso cielo de verano
al amanecer
sobre infinitas siembras de trigo
y mi corazón
una alondra que trina
midiendo la eternidad.