Conformismo,
Satisfacción, Felicidad, Alegría, Contentamiento Y Otros Demonios
(Varias Fuentes)
Diccionario De La
Lengua Española
Conformarse:
6. prnl. Reducirse,
sujetarse voluntariamente a hacer o sufrir algo por lo cual se siente alguna
repugnancia.
Satisfacer:
8. tr. Premiar
enteramente y con equidad los méritos que se tienen hechos.
No se debe
confundir la satisfacción con la felicidad, aunque sí es necesario sentir
satisfacción para poder entender qué es la felicidad plena. La insatisfacción
produce inquietud o sufrimiento. El amor es necesario para entender y sostener
la felicidad plena.
Esta diferencia
entre conformismo y satisfacción creo que es clave para comprender la
diferencia entre resignación y aceptación. Hay una clara diferencia entre
“resignarse a una realidad” (conformismo) y “aceptar la realidad”
(satisfacción). Resignarse a algo es el primer paso para lograr una infelicidad
plena; aceptar que ocurre algo es el primer paso para cambiarlo. Las personas
que se resignan a una realidad son conformistas, viven para justificar esa
realidad. Por tanto, eliminan a priori cualquier posibilidad de cambio o de
mejora. Sin embargo las personas que aceptan la realidad, adoptan el único camino
posible de progreso y crecimiento, la única autopista de innovación auténtica:
partir de su realidad actual. Las personas que aceptan la realidad, viven para
superarla. David Criado
Sería conveniente
descubrir qué nos lleva, con frecuencia, al conformismo, y descubrir si es
miedo, comodidad, cobardía, evitación de conflictos o resignación, y sólo
descubriéndolo podremos superarlo.
Cada uno de
nosotros tenemos unos sueños y unas miras diferentes y, precisamente por eso,
tenemos que gozar de un ambiente y un entorno de libertad donde poder
realizarlos. Sin embargo, una vez que conseguimos ese entorno, es decir, una
vez que conseguimos que nadie nos diga lo que tenemos que hacer, aparece
nuestro peor enemigo: nosotros mismos.
Alcanzar la meta
que nos hemos propuesto parece cosa fácil, pero todos sabemos que muchos de los
propósitos que hicimos, tienen fecha de caducidad temprana y si no persistimos,
si no estamos determinados a conseguir lo que nos planteamos, terminarán como
un bonito recuerdo. Es entonces cuando aparece el conformismo.
El Conformismo
El conformismo es
el demonio que anida en todos nosotros, y la comodidad del entorno seguro o la
falta de incentivos, nos empuja a dejarnos caer sobre el sofá e ignorar las promesas
que nos hicimos. Poco nos importa lo que los demás piensen a causa de nuestra
falta de compromiso o de palabra. Nos resguardaremos en la intimidad de nuestra
casa y allí nadie vendrá a molestar.
Eso sí, nos
escondamos donde nos escondamos, no podremos huir de nosotros mismos ni de la
voz de nuestra conciencia.
Pero si somos
capaces de superar esos cinco minutos de falsa comodidad (que a la larga llevan
a un camino de insatisfacción sin salida) y ponernos en marcha, entonces
tendremos más de medio reto conseguido. Los resultados vendrán solos.
No será el primer
día, ni el segundo, ni la primera semana y, seguramente tampoco el primer mes,
pero si cierras los ojos y te centras en el esfuerzo más que en el resultado,
éste acudirá a ti el día que menos lo esperas y te sorprenderá. Cuando te
encuentres exhausto, él te tocará en el hombro y te ayudará a levantarte y
recoger tu premio. No importa cuál sea el objetivo que persigues; en todos los
ámbitos de la vida funciona igual.
La Satisfacción
Será entonces
cuando aparezca en tu vida la satisfacción. La satisfacción del trabajo bien
hecho; la satisfacción de que por fin te has demostrado a ti mismo que no eres
menos que los demás; la satisfacción de que ahora puedes confiar en ti y en tu
determinación, porque tienes palabra, porque has cumplido lo que dijiste que
harías cuando tu entorno se mofaba de tus aspiraciones.
Alcanzarás una
sensación de plenitud difícilmente comparable. El sosiego y la calma que
sentirás por dentro se te antojarán inigualables, como nunca antes habías
experimentado. Será más difícil a partir de entonces perturbarte. Te darás
cuenta de que los problemas que antes te acechaban y parecían inmensos océanos,
no son más que pequeñas gotas de lluvia que te sacudirás sin problema.
Y en ese momento te
sentirás como en la cima de la montaña. No lo exteriorizarás, pero en tu
interior sabrás que ya no eres como los demás, ya no perteneces a la masa que
todos los días se promete cosas y siempre termina fracasando, porque en ti ya
no cundirá el desánimo. Ahora has adquirido veteranía, solera, experiencia y
frente a ti, todo un horizonte de retos por superar. Montañas más altas cuyos
picos te irán elevando hacia la perfección a medida que los vas alcanzando. Has
superado el primer nivel ¿Por qué no el siguiente?
Y por supuesto,
jamás subestimes lo que has conseguido, porque cada día en cada rincón del
planeta y desde tu mismo entorno, verás a miles de personas fracasar en sus
propósitos, lo que quiere decir que lo que tú conseguiste no parece estar al
alcance de todos. Pero ya no puedes mirar atrás. Tú no. Tú ya pasaste ese
nivel. Ahora toca dejar la barca y continuar caminando, descubriendo,
experimentando, hacia el camino de la perfección, aquel que nos transforma, que
nos hace pasar de hombres a superhombres, de seres vivos a entes pensantes, de
mediocres a genios.
¿Y Para Qué?
Puede que el
desánimo te lleve negar tal camino y pensar que no merece la pena. Que todo son
bonitas palabras, pero que es algo que nadie hace. Pero si eso es así ¿Qué
camino crees que escogieron nuestros antepasados? Aquellos que con sus
“insignificantes” esfuerzos contribuyeron a las comodidades de las que hoy
disfrutamos. ¿El del conformismo? ¿El del “…¿y para qué voy a hacer esto o lo
otro?…” ¿Crees realmente que hoy estaríamos donde estamos si ellos hubieran
tenido esa mentalidad?
Sigue adelante y no
dudes, porque los resultados que consigas o que descubras en tu camino, aparte
de redundar en tu satisfacción personal, serán utilizados por otros como
ejemplo, para su propia satisfacción o para ponerlos al servicio de los demás,
y serás tú al que señalen como responsable de ese logro.
***
Eclesiastés 5
10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
Eclesiastés 7
12 Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores.
12 Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores.
Eclesiastés 10
19 Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.
19 Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.
Proverbios 22
7 Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de los prestamistas.
Isaías 55
1 A todos los
sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y
comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
2 ¿Por qué gastáis el
dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme
atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.
Hechos 8
18 Cuando vio Simón
que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo,
les ofreció dinero,
19 diciendo: Dadme
también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos
reciba el Espíritu Santo.
20 Entonces Pedro
le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se
obtiene con dinero.
Filipenses 4
10 En gran manera
me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de
lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
11 No lo digo
porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación.
12 Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para
padecer necesidad.
13 Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece.
Nathan Busenitz
Enero 20, 2016
http://www.tms.edu/es/predicadores-y-la-predicacion/todo-lo-puedo/
Filipenses 4:13 es
un versículo que habla acerca de contentamiento, no de sueños hechos realidad o
metas logradas. Se trata de estar alegre, satisfecho y fiel aun en las
situaciones más duras de la vida.
No se trata de las
palabras mágicas para cambiar sus circunstancias, más bien, se trata de confiar
en el poder de Dios para estar contento en medio de circunstancias que no puede
cambiar.
***
Feliz, Alegre, Contento
http://educacion.ufm.edu/felicidad-alegria-contento/
No, no son
sinónimos. Todas estas palabras tienen en común que mencionan un estado de
satisfacción producido por la consecución de alguna meta o la experiencia de
algún placer. Pero cada palabra introduce un análisis diferente de este núcleo
básico. Veamos las diferencias.
La alegría es un
estado de ánimo que se caracteriza por la satisfacción de haber conseguido
algo. Lleva aparejada la euforia, el bienestar, la tendencia a reír.
“Sentimiento que produce en alguien un suceso favorable o la obtención de algo
que deseaba” (María Moliner). Dilata el alma, pues “como nace de la consecución
del deseo, se ensancha y abre el corazón para recibir la cosa amada”
(Covarrubias). Es “júbilo y contento interior del ánimo acompañado, con señas
exteriores, especialmente en el semblante, que manifiestan el regocijo del que
la tiene, en que se diferencia del gozo que se puede tener interiormente sin
que en lo interior se publique y se manifieste” (Autoridades). “…estado de
ánimo habitual del que tiene tendencia a reír y encuentra fácilmente motivos para
ello” (Moliner). Se aplica también al carácter. Decimos: Es de carácter alegre.
Contento: “El que
se contiene en sí y no va a buscar otra cosa” (Covarrubias). Indica sentirse
satisfecho con lo que se tiene. Anda a medio camino entre la alegría y la
resignación. No se emplea para designar un carácter.
Felicidad: “La
dicha o prosperidad de que uno goza” (RAE, 1791) Situación del ser para quien
las circunstancias de la vida son tales como las desea. No se dice de
caracteres. Ya desde el siglo pasado se denunciaba el uso excesivo de esta
palabra. “Comúnmente se abusa de esta palabra en sentido de que se aplica a
cualquier cosa que place, agrada, ocasiona deleite, etc., por efímero y
momentáneo que sea el gusto recibido, el placer experimentado, lo que se goza,
lo que se posee.”
***
Desesperanza
Aprendida: Conlleva aceptar el fracaso antes de realizar una acción debido al
poco manejo y control del ambiente o la ausencia de aptitudes necesarias para
controlar el mismo.
Inseguridad:
Condición psicológica en la que el sujeto advierte una situación de peligro
interior o exterior que no es capaz de dominar. Adler considera la inseguridad
como un elemento determinante del sentimiento de inferioridad al que el
individuo reacciona desarrollando una voluntad de potencia artificial.
Depresión: La
depresión, o melancolía, es una alteración del tono del humor hacia formas de
tristeza profunda, con reducción de la autoestima y necesidad de autocastigo.
(Galimberti, 2002)
Dependencia: Forma
de relacionarse en la que un sujeto se dirige continuamente a los demás para
ser ayudado, guiado y sostenido. El individuo dependiente, que tiene una escasa
confianza en sí mismo, basa su propia autoestima en la aprobación y en la
seguridad que le dan los demás, y es incapaz de tomar decisiones sin un
incentivo externo. Incapacidad para subsistir y para obrar de manera autónoma y
consciente.
Sumisión: La
Sumisión se define como la aceptación de la supremacía o el dominio de otro. El
término tiene importancia etología, donde los gestos de sumisión se han
descrito como inhibidores de las amenazas agresivas por parte de los miembros
de la misma especie.
Esperanza: Es
confianza en el futuro, incluso después de fracasos o expectativas vanas, que
desde el punto de vista psicológico funciona como defensa ante las
consecuencias patológicas de las frustraciones. Desde el punto de vista
conductista French distingue “una esperanza basada en la oportunidad de alcanzar
satisfacciones y una basada en recuerdos de satisfacciones anteriores. La
primera estimula los mecanismos necesarios para los fines de una realización
deseada, la segunda se resuelve en la simple representación de la satisfacción
anticipada, es decir en la fantasía y en el soñar despierto”.
Seguridad:
Estabilidad alcanzada mediante la satisfacción de las necesidades vitales y de
las aspiraciones sociales y culturalmente inducidas.
Independencia:
Capacidad para subsistir y para obrar de manera autónoma y consciente. La
consecución de esta condición, que se adquiere por grados, depende en gran
medida de la actitud de los padres y de las oportunidades que éstos ofrecen al
niño. Investigaciones realizadas con adolescentes, orientadas a comprobar la
confianza en sus convicciones, el conocimiento de sus acciones y la capacidad
para resolver problemas personales sin recurrir a otras personas, mostraron un
menor grado de independencia en los hijos de padres autoritarios que limitaron
el espacio de la iniciativa personal.