miércoles, noviembre 02, 2016

Walter Riso, II ♀

Walter Riso

Walter Riso nació en Italia (Nápoles). 
Es Doctor en psicología, especialista en Terapia Cognitiva y Magister en Bioética. 

Cuatro Premisas Para Un Amor Racional

Un amor racional es aquel que se siente y también se piensa. Es una manera de relacionarse, donde el “ser para sí” y el “ser para el otro” se integra en un “nosotros” saludable. En el amor racional el sentimiento, por si solo, no basta. Un amor descerebrado es puro impulso. “Contigo, pan y cebolla” es un viejo dicho napolitano, el cual inspiró la película de los años cincuenta de Marcelo Mastroiani y Sofía Loren, que significa algo así como: “Si te tengo, no necesito nada más”. Afirmación peligrosa para quien quiera buscar su autorrealización. Para estar con los pies en la tierra sería conveniente tener presente las siguientes reflexiones, las cuales confirman que con el amor no basta.

Si alguien duda que te ama, no te ama. A los enamorados hay que frenarlos, no empujarlos. “No estoy seguro” o “Necesito tiempo”, son algunas de las expresiones del titubeo afectivo. Cuando el amor hace mella nos atraviesa de lado a lado como un choque eléctrico, es una evidencia que se sustenta a sí misma, no cabe la duda. En esto se parece al orgasmo: si alguien no está seguro que lo tuvo, no lo tuvo. Otra cosa es decir que no nos conviene, que quiero desenamorarme, que somos incompatibles, así exista afecto. “Te quiero, pero no te amo”: ¿quién no ha sido víctima de esta frase tenebrosa? Amor subdesarrollado, que no llega, que se achica, que desfallece antes de germinar.

No te merece quien te lastima intencionalmente. ¿Para qué seguir con alguien que nos hace daño? Un amor saludable no exige eso. Amar no es hacer un culto al sacrificio ni negociar los principios fundamentales. Si la persona que supuestamente te ama, te hiere o viola tus derechos, pues su manera de amar es enfermiza. El sentimiento aquí no tiene nada que ver. No se trata de ser un buen samaritano o poner la otra mejilla, un denuncio a tiempo es más efectivo, un alejamiento más recomendable. No solo tenemos que hacernos merecedores del otro, sino que la pareja también debe merecernos. Repito: la dignidad no es negociable, no importa cuántas arandelas amorosas quieran colgarle.

El buen amor es recíproco. Democracia afectiva, equilibrio, Amor justo, sindicalizado, bien repartido, no milimétrico pero adecuadamente dosificado. Horizontal dentro y fuera de la cama, ¿No esperar nada a cambio? Eso es para un amor universal, que trasciende el individuo, eso es mística o sentido de vida o misión humanitaria. En las relaciones cara a cara todos esperamos: si eres fiel, esperas fidelidad; si das sexo, esperas sexo; si eres cariñoso, esperarás cariño. Los que creen que pueden vivir con dar y no recibir, al cabo de un tiempo se frustran y deprimen, ya que es natural y congruente con la condición humana buscar un balance interpersonal. Algunas persona solo saben relacionarse desde la explotación o adoptando actitudes de víctima. Todo amor “vertical” está contraindicado.

En el amor hay que aprender a perder. Si no te aman, no hay que insistir, ni suplicar ni tratar de convencer al otro o la otra. Cuando no se es correspondido, lo mejor es matar toda esperanza, porque la expectativa puede hacer que uno se pegue a relaciones tóxicas por años esperando el milagro de una resurrección amorosa que nunca llega. Realismo de línea dura: si no te quieren, a otra cosa, así duela, así haya que pedir ayuda, así la depresión se haga presente. Es mejor sufrir el duelo y alejarse de alguien que no llega al umbral afectivo que necesitas, a sufrir inútilmente un día a día de indiferencia. Lo que se opone al amor no es el odio, sino la indiferencia.

Cuatro premisas sin anestesia. Tratamiento para el alma, ver lo que es, enfriar la cabeza y poner el corazón a buen resguardo. No importa los que digan los enamorados del amor, el realismo afectivo salva gente y la ubica en un terreno fértil para que el “yo” no se destruya a si mismo persiguiendo un imposible, así sea en el nombre del amor.

domingo, octubre 02, 2016

Walter Riso, I ♀

Walter Riso

Walter Riso nació en Italia (Nápoles). 
Es Doctor en psicología, especialista en Terapia Cognitiva y Magister en Bioética. 

El Derecho A Decir No

Tenemos la capacidad de indignarnos cuando alguien viola nuestros derechos o somos víctimas de la humillación, la explotación o el maltrato. Poseemos la increíble cualidad de reaccionar más allá de la biología y enfurecernos cuando nuestros códigos éticos se ven vapuleados. La cólera ante la injusticia se llama indignación.

Algunos puristas dirán que es cuestión de ego y que por lo tanto cualquier intento de salvaguardia o protección no es otra cosa que egocentrismo amañado. Nada más erróneo. La defensa de la identidad personal es un proceso natural y saludable. Detrás del ego que acapara está el yo que vive y ama, pero también está el yo aporreado, el yo que exige respeto, el yo que no quiere doblegarse, el yo humano: el yo digno. Una cosa es el egoísmo moral y el engreimiento insoportable del que se las sabe todas, y otra muy distinta, la autoafirmación y el fortalecimiento del sí mismo.

Por desgracia no siempre somos capaces de actuar de este modo. En muchas ocasiones decimos “sí”, cuando queremos decir “no”, o nos sometemos a situaciones indecorosas y a personas francamente abusivas, pudiendo evitarlas ¿Quién no se ha reprochado alguna vez a sí mismo el silencio cómplice, la obediencia indebida o la sonrisa zalamera y apaciguadora? ¿Quién no se ha mirado alguna vez al espejo tratando de perdonarse el servilismo, o el no haber dicho lo que en verdad pensaba? ¿Quién no ha sentido, así sea de vez cuando, la lucha interior entre la indignación por el agravio y el miedo a enfrentarlo?

¿Por qué nos cuesta tanto ser consecuentes con lo que pensamos y sentimos? ¿Por qué en ocasiones, a sabiendas de que estoy infringiendo mis preceptos éticos, me quedo quieto y dejo que se aprovechen de mí o me falten al respeto? ¿Por qué sigo soportando los agravios, por qué digo lo que no quiero decir y hago lo que no quiero hacer, por qué me callo cuando debo hablar, por qué me siento culpable cuando hago valer mis derechos?

Para pensar: ¿Te humillas demasiado? ¿Los demás te manipulan? ¿Temes herir los sentimientos de los demás si eres sincero? ¿Eres capaz de expresar la ira de un modo socialmente adecuado, de oponerte, de expresar una opinión contraria?

viernes, septiembre 02, 2016

Lenore Walker ♀

Lenore Walker

Descripción Del Ciclo De La Violencia Conyugal

Consideraciones Generales

El concepto de "Mujeres Golpeadas" no sólo se utiliza para las situaciones de golpes dramáticos. También incluye la relación en que la lenta tortura emocional produce heridas invisibles. Nunca hemos atendido a una mujer que haya recibido golpes sin haber sufrido, además, tortura psicológica. El terror crea una situación de tensión que produce toda clase de problemas psíquicos y físicos, hasta la posibilidad de suicidio.

Aspectos Generales Del Ciclo De La Violencia

1. Sorpresa inicial: la mayoría de las mujeres afirman que las toma desprevenidas la violencia demostrada por sus maridos o compañeros. No hubieran podido predecir que fueran capaces de violencia antes de que se diera el primer episodio. Describen conductas de extrema gentileza que los profesionales consideramos como fachada de hostilidad.

2. Impredictibilidad de los incidentes agudos de golpes: aunque una mujer haya atravesado varias veces el ciclo de la violencia, aún no puede predecir exactamente cuándo se dará un episodio agudo. Tampoco puede predecir la seriedad de la violencia. Los incidentes agudos son controlados por los hombres golpeadores.

3. Aumento de celos: los hombres golpeadores pueden sentir celos de otros hombres, de amigas mujeres, familiares, hijos, nietos y trabajo. Al aumentar los celos del hombre golpeador, aumenta su posesividad sobre la mujer golpeada y la intrusividad en su vida. 

4. Sexualidad inusual: las mujeres golpeadas describen conductas inusuales por parte de los hombres golpeadores en determinados períodos. Estas incluyen conductas incestuosas o seductoras con las hijas.

5. Recuerdo lúcido de los detalles del incidente agudo de golpes: las mujeres golpeadas siempre son capaces de recordar los detalles de los sucesos violentos. La mayoría de la gente evita escuchar sus historias lo que aumenta su vergüenza y su necesidad de apoyo. 

6. Encubrimiento: aunque estas mujeres recuerdan vívidamente las experiencias de golpes, frecuentemente niegan y encubren esta información para proteger a sus compañeros golpeadores. Hay poca gente dispuesta a escuchar, las mujeres sí están dispuestas a negar. Se pone en marcha la conspiración del silencio.

7. Alcoholismo: muchas mujeres golpeadas informan de la imposibilidad de los hombres para controlarse cuando han bebido. Aunque no se ha establecido claramente, el exceso de bebida parece estar vinculado a muchos incidentes. 

8. Marcado abuso psicológico: la mayor parte de las mujeres golpeadas informan sufrir agresiones verbales y críticas por parte de los hombres golpeadores. Estas mujeres son acusadas constantemente de sus fallas. En estas luchas verbales las mujeres siempre pierden.

9. Amenazas familiares: los hombres golpeadores, amenazan dañar a los familiares o amistades de la mujer golpeada. La mayoría de las mujeres piensa que los hombres serán capaces de cumplir sus amenazas. 

10. Pánico a la utilización de instrumentos para golpear: los hombres golpeadores informan que asustan a las mujeres con la descripción de cómo las torturan, esto incluye el uso de armas y otros instrumentos. 

11. Omnipotencia: las mujeres golpeadas creen que los hombres golpeadores son capaces de hacer cosas que otras personas no harían. En esta categoría se incluyen tanto cosas negativas como positivas. El golpeador da a los oros, señales de que es omnipotente. Al mismo tiempo la mujer cree que en cualquier momento puede ser frágil.

12. Conciencia del potencial de muerte: las mujeres golpeadas dicen que los hombres que las golpean podrían matarlas. Saben que las amenazas de violencia no son falsas y que los golpeadores son capaces de matarlas a ellas o a sí mismos.

martes, agosto 02, 2016

Axel Piskulic, 2 ☼

Axel Piskulic
La autoestima

La autoestima se manifiesta de una manera sencilla y directa. Cuando observamos en una persona la mayoría de las siguientes cualidades, seguramente estamos frente a alguien que tiene un saludable nivel de autoestima:

  • La autoestima proyecta el nivel de placer que experimenta una persona por el solo hecho de estar viva, en la expresión de su rostro, en su modo de hablar y en su lenguaje corporal.
  • La autoestima se expresa en la tranquilidad con la que se habla de las virtudes y de los defectos, de forma directa y honesta.
  • La autoestima se manifiesta en la comodidad y el placer que la persona experimenta al dar y recibir cumplidos, afecto o amor.
  • La autoestima se reconoce por la apertura a las críticas y la capacidad de reconocer los errores. No está ligada a la imagen de “ser perfecto”.
  • La autoestima puede observarse en la armonía que existe entre lo que se dice y lo que se hace.
  • La autoestima se revela en la actitud de mostrar curiosidad y estar abierto a nuevas ideas, nuevas experiencias o nuevas posibilidades.
  • La autoestima se manifiesta en la capacidad de disfrutar de los aspectos alegres de la vida, de uno mismo y de los demás.
  • La autoestima se expresa a sí misma en la flexibilidad personal al responder a obstáculos y desafíos, ya que se confía en uno mismo y no se ve la vida como algo desagradable o penoso.
  • La autoestima se reconoce en un comportamiento firme (no inflexible) consigo mismo y con los demás.
  • La autoestima permite conservar el equilibrio emocional en situaciones de estrés.
  • Cuando los sentimientos de ansiedad o inseguridad, si aparecen, son razonablemente fáciles de controlar y trascender, el nivel de autoestima suele ser elevado.
  • La tranquilidad y la espontaneidad van de la mano de la autoestima. Reflejan el hecho de que la persona no está en guerra consigo misma.


lunes, agosto 01, 2016

Genesis ♫

Genesis ♫

Genesis es un grupo de rock progresivo británico creado en 1967 por Tony Banks, Mike Rutherford, Peter Gabriel y Anthony Phillips.
Después de una serie de cambios internos, el grupo quedó conformado en su primera formación "clásica" (1970-1975) por: Tony Banks (teclados), Mike Rutherford (bajo y guitarras), Steve Hackett (guitarra líder), Peter Gabriel (voz y flauta) y Phil Collins (batería y percusión).
Luego de que Peter Gabriel abandonara el grupo en 1975, y la posterior salida de Steve Hackett en 1977; el grupo quedó reducido a un trío, con Phil Collins haciéndose cargo de las voces, Mike Rutherford de guitarras y bajo (en estudio) y Tony Banks en teclados y voces.


No Son Of Mine

Well the key to my survival
Was never in much doubt
The question was how 
I could keep sane
Trying to find a way out

Things were never easy for me
Peace of mind was hard to find
And I needed a place where I could hide
Somewhere I could call mine

I didn't think much about it
'Til it started happen all the time
Soon I was living with the fear everyday
Of what might happen that night

I couldn't stand to hear the crying 
Of my mother
And I remember when
I swore that, 
That would be the last they'd see of me
I never went home again

They say the time is a healer
And now my wounds are not the same
I rang the bell with my heart in my mouth
I had to hear what He'd say

He sat me down to talk to me
He looked me straight in the eyes

He said:
You're no son, You're no son of mine
You're no son, You're no son of mine
You walked out, You left us behind
And You're no son, You're no son of mine

Oh, his words how they hurt me, 
I'll never forget it
And as the time it went by, 
I lived to regret it

You're no son, You're no son of mine
But where should I go?
And what should I do?
You're no son, You're no son of mine
But I came here for help, 
Oh I came here for You

(...)

Well the years they passed slowly
I thought about him every day
What would I do, if we passed on the street
Would I keep running away?

In and out of hiding places
Soon I'd have to face the facts
We'd have to sit down and talk it over
And that would mean going back

They say the time is a healer
And now my wounds are not the same
I rang the bell with my heart in my mouth
I had to hear what He'd say

He sat me down to talk to me
He looked me straight in the eyes

He said:
You're no son, You're no son of mine
You're no son, You're no son of mine
You walked out, You left us behind
And you're no son, You're no son of mine

Oh, his words how they hurt me, 
I'll never forget it
And as the time it went by, 
I lived to regret it

You're no son, You're no son of mine
But where should I go?
And what should I do?
You're no son, You're no son of mine
But I came here for help, 
Oh I was looking for You

You're no son, You're no son of mine, no !!
You're no son...
You're no son, You're no son of mine !!

sábado, julio 02, 2016

Claribel Alegría

Claribel Alegría

Clara Isabel Alegría Vides 
(Estelí, Nicaragua, 1924) 
De origen nicaragüense, es una escritora, poeta, narradora, ensayista y traductora de la poesía de Robert Graves y otros autores ingleses. 

Carta al tiempo 

Estimado señor:

Esta carta la escribo en mi cumpleaños.
Recibí su regalo. No me gusta.
Siempre y siempre lo mismo.

Cuando niña, impaciente lo esperaba;
me vestía de fiesta
y salía a la calle a pregonarlo.

No sea usted tenaz.
Todavía lo veo
jugando ajedrez con el abuelo.

Al principio eran sueltas sus visitas;
se volvieron muy pronto cotidianas
y la voz del abuelo
fue perdiendo su brillo.

Y usted insistía
y no respetaba la humildad
de su carácter dulce
y sus zapatos.

Después me cortejaba.
Era yo adolescente
y usted con ese rostro que no cambia.
Amigo de mi padre
para ganarme a mí.
Pobrecito el abuelo.

En su lecho de muerte
estaba usted presente,
esperando el final.

Un aire insospechado
flotaba entre los muebles
Parecían más blancas las paredes.
Y había alguien más,
usted le hacía señas.

Él le cerró los ojos al abuelo
y se detuvo un rato a contemplarme
Le prohíbo que vuelva.
Cada vez que los veo
me recorre las vértebras el frío.

No me persiga más,
se lo suplico.
Hace años que amo a otro
y ya no me interesan sus ofrendas.

¿Por qué me espera siempre en las vitrinas,
en la boca del sueño,
bajo el cielo indeciso del domingo?
Sabe a cuarto cerrado su saludo.

Lo he visto con los niños.
Reconocí su traje:
el mismo tweed de entonces
cuando era yo estudiante
y usted amigo de mi padre.
Su ridículo traje de entretiempo.

No vuelva,
le repito.
No se detenga más en mi jardín.
Se asustarán los niños
y las hojas se caen:
las he visto.

¿De qué sirve todo esto?
Se va a reír un rato
con esa risa eterna
y seguirá saliéndome al encuentro.
Los niños,
mi rostro,
las hojas,
todo extraviado en sus pupilas.
Ganará sin remedio.
Al comenzar mi carta lo sabía.

viernes, julio 01, 2016

Ana Gabriel, ♫

Ana Gabriel
María Guadalupe Araujo Yong, 
(Guamúchil, Sinaloa; 10 de diciembre de 1955), 
conocida artísticamente como Ana Gabriel, es una cantautora y compositora mexicana.


Destino

Pensar que el tiempo pasó y ella nunca volvió,
Dejó que el cielo se hiciera gris
Por dentro él se murió, como se muere una flor
Y con la espera llegó la edad y así murió

Con ilusiones marcó su destino, pero no quiso escapar
Nunca se supo por quién lloraba, él nunca quiso hablar
Hoy se preguntan con gran tristeza, quién le arrancó el corazón
Quién se ha llevado con su partida todo el valor de amar, de amar.

Desde que sólo quedó se le olvidó sonreír
Y ahí en silencio esperó, esperó y así murió

Con ilusiones marcó su destino, pero no quiso escapar
Nunca se supo por quién lloraba, él nunca quiso hablar
Hoy se preguntan con gran tristeza, quién le arrancó el corazón
Quién se ha llevado con su partida todo el valor de amar, de amar.

Con ilusiones marcó su destino, pero no quiso escapar
Nunca se supo por quién lloraba, él nunca quiso hablar
Hoy se preguntan con gran tristeza, quién le arrancó el corazón
Quién se ha llevado con su partida todo el valor de amar,
de amar.


jueves, junio 09, 2016

¿Quién mueve la hoja del árbol?

¿Quién mueve la hoja del árbol?



Pregunta hecha por Hector Santos el día 12/21/2013:
tomado de: http://www.ewtn.com/v/experts/showmessage.asp?number=633762

Hola Frank:

He encontrado este artículo referente a la conocida frase “No se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios.” Según mi pobre criterio, parece estar bien elaborado y acorde a las enseñanzas de la Santa Iglesia.

Sin embargo, deseo que por favor lo leas y me des tu opinión, antes de distribuirlo a todos mis contactos. Pues no quiero transmitir algo que vaya en contra de la sana enseñanza de la Iglesia.

Gracias anticipadas y bendiciones +

A continuación copia del artículo:

¿Quién mueve la hoja del árbol?

“No se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios.”

Hay ideas que damos por ciertas, y casi las defendemos con la vida... para después descubrir que estábamos equivocados... ¡oh decepción!

Creo que una de esas es la frase aquella que reza que “no se mueve la hoja de un árbol si no es por la voluntad de Dios”. Muchos cristianos la hemos defendido alguna vez a capa y espada, y casi jurado que está en la Biblia. Un día me decidí a buscarla en la Biblia, sólo para descubrir que no está. ¡Tremenda sorpresa que me llevé! La había escuchado de boca de muchos predicadores y consejeros, ¡y sonaba tan espiritual! Pero era un hecho: frase bíblica, no es!

Previo a escribir este artículo, me di a la tarea de buscar una referencia de la misma. Y para sorpresa mía, mi búsqueda en Google (que dicen que todo lo sabe) me arrojó un dato interesante y curioso: Al menos la referencia más antigua que pude hallar es de Miguel de Cervantes Saavedra, que pone en boca de nada menos que de ¡¡Don Quijote!!

—Encomendadlo a Dios, Sancho —dijo don Quijote—, que todo se hará bien, y quizá mejor de lo que vos pensáis, que no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios.
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, parte 2, Capítulo III.
(http://www.donquijote.org/spanishlanguage/literature/library/quijote/170.asp)

Pero lo realmente importante no es quién dijo primero la frase, sino lo que ella significa, y las implicaciones que ha tenido el que la demos por cierta. El mensaje detrás de ella es que Dios tiene todos los hilos del Universo, y que nada escapa a Su voluntad: Que todo, absolutamente todo, es producto de sus designios. Una idea que podría sonar piadosa, y que se esgrime cuando alguien sufre alguna calamidad o tragedia, animándole a aceptar los insondables propósitos de Dios, e insinuando que será mejor resignarse a Sus caprichosas decisiones, a la vez que tratamos de convencernos de que “algo mejor” traerá Dios a cambio.

El problema es que creer que ni aún las hojas de los árboles se mueven sino por voluntad divina, deriva en creer también que tanto lo bueno como lo malo vienen de Él. Y con lo bueno no tengo problema, porque sé que Dios es bueno, y de Él sólo vienen cosas buenas. Pero ¿lo malo? ¿las tragedias? ¿las desgracias? ¿las enfermedades? ¿las pestes? ¿las hambrunas? ¿las divisiones -aún entre los cristianos-? ¿o el cáncer de mi ser más querido? ¿serán también parte de la proyección del Amor de Dios? No me suena coherente, ni me empata con quien Jesús es.

Pero tristemente sigue siendo lo que una gran cantidad de personas cree de Dios; y si lo creen los creyentes, cuánto más los escépticos que culpan a Dios de las catástrofes y hambrunas y las muertes injustas. Ya lo expresaba José Luis Perales en su famosa canción “Dime” que tan nerviosos puso a muchos cristianos:

Dime, ¿por que la gente no sonríe? ¿Por que las armas en las manos? ¿Por qué los hombres malheridos? Dime, ¿por que los niños maltratados? ¿Por que los viejos olvidados? ¿Por que los sueños prohibidos? Dímelo Dios quiero saber, Dime ¿por que te niegas a escuchar? Aun queda alguien que tal vez rezará

Y no culpo a Perales por, a su vez, inculpar y reclamar a Dios por las desgracias. Creo que ante varias denominaciones cristianas que han proyectado al mundo una imagen de un Dios que controla todos los hilos del Universo, no queda otra opción que la de imputarle todas las desgracias y verlo como lo que sea, menos como un Dios de Amor.

Es verdaderamente lamentable escuchar a varios líderes de denominaciones cristianas decir que, cuando ocurre un desastre natural como terremoto o tsunami, es que "Dios está llamando al arrepentimiento". Esto es un grave error, y una estrategia malsana que dichos líderes utilizan para tener a sus feligreses adheridos a ellos en base al temor.

Como auténticos cristianos y verdaderos conocedores del Dios del Amor, debemos tener la profunda convicción de que los temblores, huracanes, tornados, tsunamis y cualquier desastre natural NO PROVIENE DE DIOS. Dios no manda tsunamis para que la gente se arrepienta. Lo que sí mandó Dios fue a su Hijo a una cruz para la redención de la humanidad.

Cuando Dios creó el mundo no pensó en terremotos ni huracanes, todo eso es consecuencia de la entrada del pecado, que no solo sometió a la humanidad, sino sometió a la misma creación, la cual espera y gime por el día en que sea liberada de esa esclavitud. (Leer Romanos 8:20-23)

Dios no quita la vida, pues es el Dios de la Vida, tampoco manda enfermedades. ¿Como pueden los líderes culpar a Dios de eso cuando claramente su Santa Palabra nos enseña que quien roba, mata y destruye es el diablo? Y mas aún, Jesucristo nos aclara que su deseo para nosotros es salud, y vida en abundancia.

Es hora de que nos quitemos todas esas "mentiras piadosas" y volvamos la mirada al verdadero Dios bueno que nos ama y nos anhela mucho más de lo que nosotros podamos amarle o anhelarle algún día. Su amor estalló en la cruz y nos rodeó para siempre.

“Confundiendo Omnipotencia con control”

Es curioso ver cómo cuando algún cristiano que ve a Dios como el “Gran Controlador” se topa con algún escéptico que inculpa a Dios –como Perales en su canción-, se pone nervioso, y se pierde tratando de explicar lo inexplicable, y de justificar las desgracias del mundo como parte de un plan de “amor” del Todopoderoso; sin percatarse que no es posible dar ninguna explicación si estamos parados en la misma trinchera que el escéptico y viendo a Dios con los mismos espejuelos turbios del escéptico.

El problema viene de que hemos confundido Su omnipotencia y soberanía con el control absoluto. Sin duda que Dios tiene todo el poder, y puede hacer lo que quiera. Pero también es cierto que Él ha decidido operar en principios que surgen del Amor, que es su esencia. El Jesús que yo veo, conozco y en el que creo, no es controlador ni caprichoso. Antes bien, nos ha amado al punto de darnos una inmensa libertad y dotarnos de un gran poder, el poder que deriva del Amor.

Desde que Dios puso al hombre sobre la tierra le dijo que señoreara sobre todo (Génesis 1: 27-28). Fue a nosotros a quien Él dio los hilos de la Creación. ¡Dios nos cedió el control! y lo hizo porque fuimos diseñados para vivir en una íntima relación y amistad con Dios; pero tan pronto -haciendo mal uso de nuestra libertad- decidimos romper nuestra relación, comenzamos a cosechar nuestras consecuencias. Por eso es que si algún caos vivimos, es producto de las decisiones que como humanidad hemos tomado. Pero no es culpa de Dios. Y menos aún Su plan. Su proyecto era diferente; se trataba de traer y extender el Cielo en la Tierra.

Resentidos contra Dios

El problema más grave de creer que Dios es el Gran Controlador y causante de todas las cosas, buenas y malas, reside en que nos hace construir una gran muralla de separación entre Dios y nosotros, pues se crea una relación de temor y no de amor entre Dios y el hombre, privándonos así de una relación auténtica e íntima de amor con Él, que debería de ser la fuente y el sustento de nuestra vida.

Mientras alguien crea que no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad de Dios, creerá también que el cáncer de su madre, o la trágica pérdida de su hijo, o la tormentosa bancarrota que le sobrevino -o cualquier otra desgracia- fueron fraguadas por Dios, con la forzada justificante de que algún buen propósito tendrá Él.

Lo realmente cierto es que esa explicación ha causado muchísimo dolor en la gente que ha sufrido, porque se encuentra que el Dios de Amor que debería de ser su Consolador, aparece más bien como su ejecutor. Por eso, existe por ahí mucha gente resentida con Dios, incapaz de conectarse con Él en una relación íntima, feliz, poderosa y alegre, que no les ha quedado otra opción que resignarse a servir a un Dios que –según creen- les ha traído solamente desgracia.

Pero la culpa no la tiene Dios, sino la falsa idea que propagamos con la frase aquella de la hoja del árbol que no se mueve sin la voluntad de Dios. Un Dios que no tuviera más remedio que echar mano del mal para cumplir sus propósitos sería un Dios limitado e impotente, que estaría destinado a negar su propia naturaleza de amor y sus principios para lograr sus objetivos.

La buena noticia es que Dios no es así. Dios es bueno, infinitamente bueno; y es amor, eterno amor; y además es poderoso, todopoderoso; de manera que nada le limita ni le impide que a través de su bondad, amor y poder pueda lograr lo que Él quiera.

El engaño que el diablo ha fraguado, y en el que en muchos sentidos parece haber tenido éxito, ha consistido en causar mal, división –aún entre los cristianos-, desorden y caos, y luego acusar a Dios; no muy diferente de lo que hace el niño que culpa a su hermanito de las travesuras que ha cometido. El problema ha sido en que –muchos- hemos creído la falsa acusación, y nos ha separado de Dios y del camino de la Verdad.

En lugar de hacer obras de santidad, mayores que las de nuestro Señor Jesús y permanecer en la Verdad, muchos líderes cristianos se han quedado en darlo todo por el mejor evento, para captar más ovejas que la competencia, y una despiadada mercadotecnia que nos aleja de nuestro verdadero propósito como Pueblo de Dios.

¿Y qué hace Dios al respecto?

La gran pregunta sería entonces: ¿Y por qué Dios no hace algo ante la calamidad y la desgracia? ¿Por qué no interviene y evita el mal, si tan poderoso es?

Porque Él ha puesto en nosotros el poder y el señorío de este mundo; y también nos ha dado la libertad de elegir lo que queremos hacer. Y coartar esa libertad sería tanto como anular su Amor.

Por supuesto que a Dios le duele terriblemente ver el mal que la humanidad ha permitido con el poder y la libertad que se le confirió. Pero cuando Él dijo al hombre “señoread”, lo dijo en serio: “Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra”. (Génesis 1: 27-28)

Pero un momento: Dios no ha tomado el papel del observador pasivo. Él sabe que las malas decisiones de unos afectan inocentes. Él sabe que la tierra se ha llenado de injusticia. Él está consciente de que cada vez hay más diferencia entre el ambiente del Cielo y el de la Tierra. Él mismo se duele con el que sufre e inclina su corazón para dar consuelo al que padece; pero también ha decidido tener en nosotros su carta fuerte en la Tierra, y nos invita a ser sus colaboradores para traer el Cielo a la Tierra. Deposita Su poder y autoridad en nosotros; y nos da a Jesús como el modelo de vida al que cada uno podemos aspirar si tan solo activamos nuestra Fe.

Somos nosotros, los creyentes en Jesucristo, los que tenemos la respuesta en nuestras manos. ¡Tenemos el poder de sanar enfermos, limpiar leprosos, resucitar muertos… porque el mismo Espíritu que estuvo en Jesús está en nosotros! Como hizo Jesús, podemos cambiar las circunstancias, de la misma forma que él aplacó la tormenta y multiplicó los panes. Hemos sido llamados a traer esperanza cuando todo se ve perdido, como hizo Jesús con Jairo, Martha y María, o la viuda de Nain. ¡Esa es nuestra razón de estar aquí!

¿Cuántos millones de cristianos habrá en este mundo? ¿Cómo sería el mundo si cada uno de esos millones, en vez de dividirnos y resignarnos a la mentira de que Dios tiene que echar mano de los males para tratar con el hombre, creyéramos a Jesús y activáramos nuestra Fe para sanar al enfermo, hacer caminar al paralítico, devolver la vista al ciego, multiplicar los panes, y hacer las mismas obras que Jesús hizo, y que dijo que nosotros haríamos también? Creo que sería este un mundo muy distinto. 
¡Ese es nuestro desafío!

Y lo único que necesitamos para que eso sea realidad es una sola cosa: Fe, con todo lo que implica, pues Fe sin obras es fe muerta (Leer Santiago 2:14-26). El ingrediente que nos abre las puertas de una vida que va más allá de lo natural y nos permite conectar el Cielo con la Tierra. La misma Fe que puede mover la hoja de un árbol… o una montaña y echarla al mar.

Versículo que más se asemeja

Uno de los versículos que más se asemeja, y que muchos cristianos confunden con la frase “No se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios”, lo encontramos en Mateo 10: 29 que literalmente dice: “¿Acaso no se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre que está en el cielo”

Este versículo, leído fuera de su contexto, da la impresión de que el mensaje que se desea transmitir es que: “todo, absolutamente todo, es producto de los designios de Dios, derivando en creer también que tanto lo bueno como lo malo vienen de Él”. He aquí el tremendo problema de leer un texto fuera de contexto, y sus graves implicaciones teológicas. Esta estratagema de engañar con un texto fuera de contexto fue usada por el diablo contra Jesús, léase la segunda tentación presentada por el diablo a Jesús en el desierto (Mateo 4: 5-7).

Por lo tanto, pasemos a leer el versículo en cuestión dentro de su contexto y descifremos el mensaje original que Jesucristo desea transmitir a sus discípulos: “No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. ¿Acaso no se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre que está en el cielo; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones” (Mateo 10: 28-31)

Ahora el mensaje es claro, Jesucristo manda a que seamos valientes, a no tener miedo, pues aunque en nuestros cuerpos padezcamos el martirio por causa del Evangelio, y a los ojos del mundo parezca que la causa de Jesucristo y del Reino de Dios está perdida, Dios en su gran Omnipotencia nos tiene asegurada la victoria. Así pues, no tengamos miedo!

Bendiciones +

jueves, junio 02, 2016

Walter Riso, III ♀

Walter Riso

Walter Riso nació en Italia (Nápoles). 
Es Doctor en psicología, especialista en Terapia Cognitiva y Magister en Bioética. 

Amores Altamente Peligrosos

No todas las formas de amar son aceptables, simplemente porque haya amor de por medio. Se nos ha dicho que aceptar la manera de ser de la pareja es un requisito imprescindible y necesario para que la relación prospere, sin embargo, esta premisa es válida siempre y cuando el estilo del otro no atente contra mi seguridad física y psicológica. Esto que parece obvio, no lo es tanto para muchos enamorados del amor que con espíritu masoquista y miedo a quedarse solos apelan a la técnica del “perismo”, un mecanismo de autoengaño que intenta mermar la cosa y diluirla en disculpas de todo tipo: “Es agresivo, pero yo sé manejarlo”, “Me ha sido infiel, pero sé que cambiará”, “No expresa afecto, pero es su manera de ser”, “Es demasiado desconfiado, pero yo no le doy motivos”. “Peros” y justificaciones por todas partes, evitación llevada a su máxima expresión. Aceptemos que algunas disculpas puedan tener fundamento, no obstante, si la felicidad de la persona que amamos es inversamente proporcional a la nuestra, algo anda mal. Si para que seas feliz, debo inmolar mi yo, tu “manera de amar”, ni me conviene ni me apetece.

Los estilos afectivos son formas de procesar, vivir, sentir y pensar el afecto. Este procesamiento surge de cómo me veo a mí mismo y cómo percibo a los demás y al mundo. En esta conjunción de datos, la mente crea un estilo que tenderá a utilizar en todas las relaciones. Son rasgos de personalidad, perfiles afectivos que definen un modus operandi, una dinámica del intercambio emocional. Si estos modos de procesar la información son distorsionados y están influidos por creencias irracionales, la propuesta será insensata e impedirá un acople y un acuerdo entre las partes. Por ejemplo, un individuo paranoide se verá a sí mismo como vulnerable a los ataques de los demás. Percibirá el mundo como un lugar demasiado peligroso y a la gente como esencialmente mala. Esta visión de la realidad propia y ajena lo llevará a estar a la defensiva y listo para el contra ataque. Será así en todos los órdenes de la vida, incluso en lo afectivo. Pensará que su pareja quiere aprovecharse de él (en el caso de la personalidad paranoide son más hombres que mujeres), que le será infiel, que es mejor no entregarse afectivamente porque ello implicará bajar la guardia y quedar a merced de las malas intenciones del otro, sentirá un impulso irrefrenable por vigilar, escudriñar, revisar y monitorear cada comportamiento de la persona que dice amar, mantendrá oculta información que considere relevante, en fin, montará un búnker defensivo totalmente incompatible con un amor saludable y cuya victima será la mujer investigada: esposa, novia o amante. Incluso los hijos pueden entrar en la lista negra. 

¿Cómo amar tranquila y felizmente a quien desconfía de ti y sólo establece un vínculo tan suspicaz como ofensivo?

Los amores tóxicos no son casos aislados en un hospital mental, ellos y ellas andan entre nosotros con su patología a cuestas, tirando redes y captando adeptos amorosos. ¿Quién se engancha a estas propuestas?: aquellos o aquellas cuyos déficit son aparentemente subsanados por el que sustenta el amor tóxico. Por ejemplo, las personas desconfiadas suelen ver en el paranoide la posibilidad de establecer una curiosa forma de alianza estratégica para protegerse del mundo hostil. De manera similar alguien tímido y muy introvertido percibirá el aislamiento social del sujeto vigilante como una feliz coincidencia. El problema ocurre al poco tiempo, cuando una vez enganchados, la pesadilla del control persecutorio hace su aparición.

Es mejor prevenir que curar y tomar consciencia antes del flechazo. Es claro que con el amor no basta, hay que sopesar ventajas y desventajas y sobretodo saber si algunas propuestas afectivas pueden realmente hacernos daño. No digo que nos volvamos obsesivos, más bien se trata de una alerta naranja, al menos hasta que los candidatos muestren sus cartas. Y entonces: si todo transcurre adecuadamente y no se ven moros en la costa, poner el pie en el acelerador, pero si la cuestión no pinta bien, frenar en seco y bajarse, sin culpas ni miramientos.

miércoles, junio 01, 2016

Black Sabbath ♫

Black Sabbath 
es una banda británica de heavy metal formada en 1968 en Birmingham por Tony Iommi (guitarra), Ozzy Osbourne (voz), Geezer Butler (bajo) y Bill Ward (batería).


Paranoid

Finished with my woman 'cause she couldn't help me with my mind.
People think I'm insane because I am frowning all the time.

All day long I think of things but nothing seems to satisfy.
Think I'll lose my mind if I don't find something to pacify...

Can you help me, occupy my brain?
Oh, yeah...

I need someone to show me the things in life that I can't find.
I can't see the things that make true happiness, I must be blind...

Make a joke and I will sigh and you will laugh and I will cry.
Happiness I cannot feel like love to me is so unreal...

And so as you hear these words telling you now of my state.
I tell you to enjoy life, I wish I could but it's too late...

***

Gus Black
Anthony Penaloza, mejor conocido como Gus Black, es un director, escritor y productor musical de Los Angeles, California, Estados Unidos.


Megadeth 
es una banda estadounidense de thrash metal, formada en Los Ángeles, California. Fue creada en 1983 por Dave Mustaine (vocalista y guitarrista).



lunes, mayo 16, 2016

Sylvia Plath (2/2)

Sylvia Plath

(Boston, 27 de octubre de 1932 - Londres, 11 de febrero de 1963)
Fue una escritora estadounidense especialmente conocida como poeta.  En su primer año en la universidad de Smith College, Plath realizó el primero de sus intentos de suicidio. Esto lo detalló más tarde en su novela semiautobiográfica <La Campana De Cristal> (The Bell Jar).  Fue tratada en una institución psiquiátrica (Hospital McLean) y pareció recuperarse aceptablemente, tras lo que se graduó con honores, en 1955. El 11 de febrero de 1963, enferma y con poco dinero, Plath se suicidó asfixiándose con gas. Aunque durante mucho tiempo se consideró que sus repetidas depresiones e intentos de suicidio se debieron a la muerte de su padre cuando ella contaba con nueve años, pérdida que nunca logró superar, hoy se cree que padecía trastorno bipolar, trastorno psicológico que actualmente se trata con medicación. Fue la primera poeta en recibir, post-mortem, el Premio Pulitzer por el conjunto de su obra.  Su hijo Nicholas Hughes Plath fue un hombre solitario; se refugió en la privacidad de Alaska como profesor en la Universidad de Alaska Fairbanks. Maníaco-depresivo y solitario, nunca se casó ni tuvo hijos, y el 16 de marzo de 2009 se suicidó en Alaska. Sylvia fue una morbosa amante de la perfección. Sylvia comprobó en su condición humana, el mayor y más cruel impedimento para aquella correspondencia perfecta que quería plasmar entre la vida real y sus poemas. Y se volvió contra ella misma hasta finalmente destruirse. “El no ser perfecta, me hiere”, escribió Sylvia Plath en su Diario en 1957


Espejo
Versión 1

Soy plateado y exacto. No tengo preconceptos.
Cuanto veo, lo trago inmediatamente
Tal cual es, sin empañar por amor o desagrado.
No soy cruel, sólo veraz:
Ojo de un pequeño dios, cuadrangular.
Casi todo el tiempo medito en la pared de enfrente.
Es rosada, con lunares. La he mirado tanto tiempo
Que creo que es parte de mi corazón. Pero fluctúa.
Las caras y la oscuridad nos separan una y otra vez.
Ahora soy un lago. Una mujer se inclina sobre mí,
Buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.
Luego se vuelve hacia esas mentirosas, las bujías o la luna.
Veo su espalda y la reflejo fielmente.
Me recompensa con lágrimas y agitando las manos.
Soy importante para ella. Que viene y se va.
Todas las mañanas su cara reemplaza la oscuridad.
En mí ella ahogó a una muchachita y en mí una vieja
Se alza hacia ella día tras día, como un pez feroz.


Espejo
Versión 2

Soy de plata y exacto. Sin prejuicios.
Y cuanto veo trago sin tardanza
tal y como es, intacto de amor u odio.
No soy cruel, solamente veraz:
ojo cuadrangular de un diosecillo.
En la pared opuesta paso el tiempo
meditando: rosa, moteada. Tanto hace que la miro
que es parte de mi corazón. Pero se mueve.
Rostros y oscuridad nos separan

sin cesar. Ahora soy un lago. Ciérnase
sobre mí una mujer, busca mi alcance.
Vuélvase a esos falaces, las luciérnagas
de la luna. Su espalda veo, fielmente
la reflejo. Ella me paga con lágrimas
y ademanes. Le importa. Ella va y viene.
Su rostro con la noche sustituye
las mañanas. Me ahogó niña y vieja

***

Soy Vertical

Mejor querría ser horizontal.
No soy un árbol con raíces hondas
en tierra, sorbiendo minerales y amor materno,
refloreciendo así de marzo en marzo,
reluciente, ni orgullo de parterre
blanco de admirativos gritos, muy repintado,
y a punto, ignaro, de perder sus pétalos.
Comparado conmigo es inmortal
el árbol, y las flores más audaces:
querría la edad del uno, la temeridad de las otras.

Esta noche, en luz infinitésima
de estrellas, árboles y flores
han esparcido su frescura.
Yo entre ellos me paseo, no me ven, cuando duermo
a veces pienso que me les hermano
más que nunca: mi mente descaece.
Resulta más normal, echada. El cielo
y yo trabamos conversación abierta, así seré
más útil cuando por fin me una con la tierra.
Árbol y flor me tocarán, me verán.

Parterre: jardín.
Ignaro: inconsciente.
Descaece: desfallece.

***

Últimas Palabras

No quiero una caja sencilla, quiero un sarcófago
de atigradas listas y un rostro pintado, redondo
como la luna, que mire, quiero
estar mirándolo cuando lleguen, escogiendo
entre minerales mudos, raíces. Los veo
ya: los pálidos, astralmente distantes rostros.
Ahora no son nada, no son siquiera criaturas.
Los imagino huérfanos, como los primeros dioses,
de padre y madre, se preguntarán si tuve importancia
¡Debí haber preservado mis días, como frutos, en azúcar!
Mi espejo se empaña:
unos pocos hálitos, y no reflejará ya nada.
Las flores y los rostros blanquizcos cual sábanas.

No confío en el espíritu. Huye como vapor en mis sueños,
por la boca o los ojos. No puedo impedírselo.
Un día se irá para no volver. Así no son las cosas.
Permanecen, sus luces idóneas se calientan
en mis manos frecuentes. Ronronean casi.
Cuando se enfrían las suelas de mis pies, los ojos azules,
mi turquesa, me darán solaz. Déjame
mis cacharros de cobre, déjame los cacharros de afeites,
que florezcan en torno a mí como flores nocturnas.
Me envolverán en vendas, almacenarán mi corazón
bajo mis pies, bien envuelto.
Me conoceré a mí misma. Seré noche
y el relucir de tantas cosas será más dulce que el rostro de Istar.

Ištar o Ishtar: era la diosa babilónica del amor y la guerra, de la vida, de la fertilidad, y patrona de otros temas menores.

***

Viuda

Viuda. Palabra que se autoconsume:
cuerpo, hoja de periódico en el fuego,
por el aire un instante sostenida
sobre la geografía roja y cálida
que arrancará su corazón cual ojo.

Viuda. Sílaba muerta, con su sombra
de un eco, abre el resorte en el tabique
del pasado secreto: aire gastado,
recuerdos fétidos, escalinatas
mecánicas que a ningún sitio conducen...

Viuda. La amarga araña se sienta
en el centro de sus ejes resecos.
La muerte es su vestido, gorro, cuello.
El rostro del marido, blanco, inválido,
la cerca como a presa que con gusto

de nuevo mataría, verle cerca
cual rostro de papel contra su pecho,
como sus cartas conservar solía
tornándolas piel nueva, viva y cálida,
pero ahora ella es papel, y fría siempre.

Viuda: ¡estado vacío y grande! Llena
de aire traidor está la voz divina,
los arduos astros fáciles promete,
y el espacio inmortal entre los astros,
no cadáveres, flechas hacia el cielo.

Viuda, inclínense árboles piadosos,
árboles de dolor y soledades.
Como sombras en torno al verde campo
o incluso como bocas negras ciérnanse.
La viuda les semeja, es una sombra.

Las manos bien cogidas, nada en ellas.
Alma sin cuerpo que otra alma pide
en este aire sereno y no lo nota:
un alma frágil como el humo entra
en otra sin saber por dónde pasa.

Es éste su temor: es el temor
de que su alma late aún y late sorda
como el ángel mariano, cual paloma
contra un cristal a todo ciega, menos
al hueco hoyo que mira y mirar debe.

***

Temores

Esta pared blanca
sobre la que el cielo se hace a sí mismo:
infinita verdad, intocablemente intocable.
Los ángeles se bañan en ella,
y las estrellas igualmente,
en indiferencia también.
Mi medio son.
El sol se disuelve contra esa pared,
desangrándose de sus luces.

Gris es la pared ahora,
desgarrada y sangrienta.
¿Cómo salir de la mente?
Este mundo carece de árboles y de pájaros,
solo hay agrura en él.

La pared roja
no hace más que sobresaltarse:
un puño rojo se abre y se cierra,
he aquí mi materia,
y terror también
a que me lleven entre cruces
y una lluvia de lástimas.

Irreconocibles pájaros en una pared negra:
torciendo el cuello.
¡Esos sí que no hablan de inmortalidad!
Dos frías balas muertas se nos aproximan:
con mucha prisa vienen.

******

Versiones de
Cecilia Bustamante

Lady Lazarus

Lo logré otra vez,
me las arreglo —
una vez cada diez años.

Especie de fantasmal milagro, mi piel
brillante como una pantalla nazi,
mi diestro pie
es un pisapapel,
mi rostro un fino lienzo
judío y sin rasgos.

Descascara la envoltura
oh, mi enemigo,
¿aterro acaso? —
¿la nariz, las cuencas vacías, los dientes?
el apestoso aliento
se desvanecerá en un día.

Pronto, muy pronto, la carne
que la tumba devoró
se sentirá bien en mí
y yo una mujer que sonríe.

Tengo sólo treinta años.
y como gato he de morir nueve veces.
esta es la número tres.

Qué desperdicio
eso de aniquilarse cada década.
qué millón de filamentos.

La multitud mascando maní se agolpa
para verlos.
cómo me desenvuelven la mano, el pie —
el gran desnudamiento.

Damas y caballeros.
estas son mis manos
mis rodillas.
Soy tal vez huesos y pellejo.
Sin embargo, soy la misma, idéntica mujer.

La primera vez que sucedió tenía diez.
fue un accidente.
La segunda vez pretendí
superarme y no regresar jamás.
Oscilé callada.
Como una concha marina.
Tenían que llamar y llamar
recoger mis gusanos como perlas pegajosas.

Morir
es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Lo hago para sentirme hasta las heces.
Lo ejecuto para sentirlo real.
Podemos decir que poseo el don.
Es bastante fácil hacerlo en una celda.
Muy fácil hacerlo y no perder las formas.
Es el mismo
retorno teatral a pleno día
al mismo lugar, mismo rostro, grito brutal
y divertido:
“¡Milagro!”

Que me liquida.
Luego una carga a fondo
para ojear mis cicatrices, y otra
para escucharme el corazón –
de verdad sigue latiendo.

Y hay otra y otra arremetida grande
por una palabra, por tocar
o por un poquito de sangre
o por unos cabellos o por mi ropa.

Bien, bien, está bien Herr Doktor.
Bien. Herr Enemigo.
Yo soy vuestra obra maestra,
su pieza de valor,
la bebé de oro puro
que se disuelve con un chillido.

Me doy vuelta y ardo.
No creas que no valoro tu gran cuidado.
Ceniza, ceniza —
ustedes atizan, remueven.
Carne, hueso, nada queda, solo
una barra de jabón,
una alianza de bodas,
un empaste de oro.

Herr Dios, Herr Lucifer.
Cuidado.
Cuidado.
Desde las cenizas me levanto
con mi cabello rojo
y devoro hombres como el aire.

***

Daddy
(fragmento)

Tenía diez años cuando te enterraron.
A los veinte intenté morir
Y regresé, regresé a ti
Pensé que hasta mis huesos volverían también.
Pero me sacaron de la bolsa
Y me reconstruyeron con goma.
Y entonces supe qué hacer.
Hice un modelo de ti.
Un hombre de negro con aire de Meinkampf.
Amante del tormento y la deformación
Yo dije sí, sí quiero.
Así, papito, he terminado al fin.
El teléfono se arrancó de raíz,
Las voces ya no pueden carcomerme más.
He matado a un hombre, he matado a dos
Al vampiro que dijo ser tú
Y bebió de mi sangre todo un año,
Siete años si quieres enterarte,
Papito, puedes descansar en paz ahora.
Hay una estaca en tu negro, burdo corazón,
A los aldeanos nunca les gustaste.
Están bailando y zapateando sobre ti,
siempre supieron que eras tú
Papito, papito:
escúchame bastardo,
acabada estoy.