Las Personas
De
Mis Cuadernos
Clasificación De Las Personas
Según Su Comportamiento
Rafael Bolívar Grimaldos
Bucaramanga,
Santander, Colombia
Introducción
Las
personas no son iguales. Los niveles y frecuencias de sus características,
tienden a seguir una distribución normal en el conjunto poblacional, por
ejemplo el coeficiente intelectual sigue la distribución normal representada en
la figura.
Las frecuencias del nivel de inteligencia de las personas en la
población mundial se reparten en las siguientes proporciones:
Coeficiente
intelectual
|
Puntaje
|
Porcentaje
|
Comportamiento
|
Insuficiencia
mental
|
Por
debajo de 70 puntos
|
2,38%
|
Inferiores
|
Inteligencia
media
|
entre
71 y 130 puntos
|
95,40%
|
Mediocres
|
Inteligencia
superior
|
entre
131 y 145 puntos
|
2,10%
|
Talentos
|
Superinteligencia
|
por
encima de 146 puntos
|
0,12%
|
Genios
|
De
acuerdo a la clasificación descrita por José Ingenieros, en su libro El Hombre Mediocre,
se puede establecer aproximadamente la anterior relación con la clasificación
por coeficiente intelectual. Casi la totalidad de la población humana (95,40%)
tiene una inteligencia media y lo llama mediocres. Las minorías humanas
disminuyen en porcentaje en el siguiente orden: Insuficiencia mental, o idiotas
(2,38%), inteligencia superior, o talentos (2,10%) y superinteligencia, o
genios (0,12%).
Entre
los mediocres José Ingenieros resalta de un lado los honestos y del otro los
delincuentes, entre ellos también los vulgares y los hipócritas.
Entre
los genios se distinguen los idealistas sentimentales y los idealistas
racionales.
Hay
quienes hablan de genios benévolos y malignos. Los benévolos, comprometidos con
el bien, algunos de ellos reciben reconocimientos nacionales e internacionales
en las áreas de las ciencias y las artes. De los genios malignos, es decir, los
comprometidos con el mal, algunos son recluidos en cárceles, como los
criminales o violadores de los derechos humanos, los corruptos, dictadores,
terroristas, homicidas, ladrones, violadores, pederastas, sádicos y
masoquistas.
Las Buenas Costumbres
Algunos
filósofos antiguos como Aristóteles y Platón estudiaron las costumbres de la
población griega. Como costumbre en griego se dice Ethos, a esta parte de la
filosofía se le llamó en español Ética. Los filósofos romanos continuaron el
estudio de las costumbres de sus poblaciones. Como costumbre en latín se dice Moralis,
a esta parte de la filosofía en español se le llamó también Moral.
Para
evitar confusión entre Ética y Moral a la parte legislativa de las costumbres
se le llamó Ética. Es decir la elaboración de normas que promuevan las buenas
costumbres y eviten las malas.
A
las buenas costumbres se les llamó valores humanos o virtudes, y a las malas
costumbres, antivalores o vicios.
A
la parte ejecutiva, es decir al control del cumplimiento de estas normas, se le
llamó Moral.
Las
buenas costumbres o valores humanos se clasifican en tres grupos: deberes,
derechos y valores.
Deberes. Son las reglas de cortesía y buenos
modales que todas las personas debemos cumplir para convivir armoniosamente en
sociedad.
Derechos. Son las condiciones que toda persona
exige para vivir dignamente, por el hecho de haber nacido en el planeta tierra.
Valores. Son las costumbres que practicadas
por las personas las hacen dignas de estimación.
Características De Los
Superiores
Mentales
Complementan
en sus mentes sabiduría y aspiraciones. Poseen el sentido de las diferencias
entre lo bueno y lo malo, entre lo que observan e imaginan. Originales,
imaginativos y desadaptados con respecto al promedio de las personas. Son de
personalidad firme, mente creadora, y hostiles a la mediocridad.
Cuentan
con altos grados de inteligencia y moralidad, componentes necesarias del
talento. No se obstinan en el error, ni traicionan la verdad. Forman ideas
propias dentro de su amplio saber, resisten las tentaciones, son indomesticables.
Orientan sus vidas hacia un ideal, su inteligencia los guía y su firmeza los
sostiene.
La
pasión por la verdad es el ideal supremo de pensadores y filósofos y a ella le
dedican sus vidas.
Sentimentales
Vibran
con las ideas y emociones más altas, se estremecen con una caricia tierna, se
indignan ante una ofensa. Poseen un corazón sensible a las angustias de los
demás. Su ironía es una convergencia de su ingenio, su sonrisa es oportuna y
justa.
Conductuales
Se
entregan de forma total a sus quehaceres y viven felices. Son soñadores no
utilitaristas, entusiastas no apáticos, generosos no egoístas, tolerantes no
dogmáticos, contradictores de los mediocres. Se exponen a las espinas para
cosechar rosas perfumadas.
Son
esquivos y rebeldes a los dogmatismos sociales que oprimen. Sus principales
enemigos son la ignorancia y la rutina. Se esfuerzan para poder hacer más y
mejor las cosas. Se forman en la escuela del trabajo con el hábito del
esfuerzo, son honorables por mérito propio y jueces supremos de sí mismos.
Practican
la moral del honor que florece sobre el propio orgullo, y el celo escrupuloso
en el respeto a sí mismos. Encarrilan sus vidas hacia un ideal, eludiendo o
sobreponiéndose a todas las contingencias que contra él conspiran.
Gritan
las injurias, denuncian a voces los vicios, aceptan los riesgos de sus
palabras, no son maledicentes. Ascienden solo por la senda exclusiva del
mérito. Son planificados y precisos.
Son
los precursores, los virtuosos, los apóstoles, los mártires que inventan formas
superiores del bien, las predican, las enseñan y las imponen. Enseñan a
perdonar con el ejemplo, sin ofender. Practican el bien, enaltecen su propia
conducta, evitan los sermones, poseen un corazón sensible a las angustias de
los demás y les cubren sus necesidades para ahorrarles la humillación de pedir
ayuda.
Personales
Son
un accidente natural en la evolución humana. Son una exigua constelación de
visionarios que remontan desde la rutina hasta la verdad y desde los prejuicios
hasta las virtudes. Su personalidad atrae a los demás hacia ellos.
Tienen
identidad propia, no se pueden igualar con todos los demás, son inconfundibles.
Poseen creencias y conductas firmes y elevadas.
El
éxito para ellos es un derecho, un reconocimiento, un tributo de admiración,
exalta su personalidad y los estimula a la creación. Saben que la popularidad y
la fama son una ilusión transitoria de la gloria. Entre sus características se
encuentran la emulación y el talento.
Emulación
es un intento noble de igualar o superar a alguien. Es un afán de superación,
una posibilidad de perfeccionamiento. Se emula lo que otros han alcanzado, con
la pretensión de lograrlo. Talento es una actitud natural o adquirida para
mejorar y superarse.
Sociales
Sirven
eficiente y activamente a sus comunidades, promueven el progreso cultural,
social y económico. Producto de sus esfuerzos individuales es siempre la moral
futura. Las obras que ellos conciben y realizan son de caracteres excelentes,
de perfecciones inaccesibles.
Engendran
virtudes y normas morales útiles para la vida humana. Practican el bien y
enaltecen su propia conducta. Ascienden a la dignidad luchando contra la
corriente. Posibilitan que la humanidad viva y progrese. Corrigen las ilusiones
primitivas y las rutinas impuestas por sociedades antiguas a las personas.
Anteponen su propio juicio a la aprobación ajena y viven para los demás en
función de sí mismos.
Son
los genios, los sabios de la humanidad. Algunos fundan y legislan religiones
como Moisés, Buda y Confucio. Otros crean, predican y practican alguna moral
como Sócrates, Zenón o Cristo. Todos ellos confiaron en la eficacia de sus
nuevos valores y en la metamorfosis de las virtudes. Engendran virtudes, normas
morales para la vida humana, a partir de sentimientos útiles.
Idealistas
Mantienen
su imaginación llena de ideas y sentimientos.
Un
ideal individual es una reconstrucción continua de la realidad cambiante, una
tendencia hacia alguna mejora, esfuerzo continuo por adaptarse a la evolución
natural, por actualizar su vida y ampliar su pensamiento.
Un
ideal colectivo es la coincidencia, la fe de muchos individuos en un afán de
mejoramiento.
Habrá
muchos ideales mientras haya idealistas capaces de concebirlos y de vivir en
función de ellos. Habrá un porvenir mejor mientras haya idealistas capaces de
presentirlo y de concretarlo en ideales. En cada lugar y tiempo la experiencia
decide sobre la legitimidad de los ideales. La experiencia se adquiere y se
amplía observando la realidad. Sin ideales no hay evolución ni progreso humano.
Un
sentimiento es un estado de ánimo o disposición emocional hacia una cosa, un
hecho o una persona. Forma parte de la dinámica cerebral del ser humano, que le
capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria, al drenarse una
sustancia producida en el cerebro.
Los
idealistas se subdividen en sentimentales y racionales.
Los idealistas sentimentales. Son
predominantemente los que pujan, luchan y sobresalen. Sus ideales se originan
en sus sentimientos. Son románticos, en ellos predominan los sentimientos, el
corazón. No se acobardan, no se amilanan, no se inhiben ante las críticas. Son
exagerados e insaciables. Su pasión, su ardor es mayor que su eficiencia. Su
orientación varía con los tiempos y sus inclinaciones. Se mantienen hostiles al
medio, con una actitud de resistencia directa a la mediocridad organizada, una
resignación desdeñosa, o un renunciamiento altivo y sin compromisos.
Los idealistas racionales. Sus ideales se
originan en su cerebro, en su imaginación. Son aquellos que llegan a la
madurez, los que observan, resisten y vencen. Su experiencia agota sus
rebeldías, su romanticismo.
La
personalidad individual, es la que se construye con la sucesión de experiencias
personales. Todas las personas atraviesan los siguientes periodos en su vida,
la niñez, la infancia, la juventud, la madurez, la adultez y la vejez. La
madurez es un periodo estacionario y la adultez el periodo en el cual se
perfeccionan significativamente las aptitudes.
Características De Los
Mediocres
Mentales
Confunden
el buen sentido con el sentido común. El buen sentido es poder distinguir lo
verdadero de lo falso. El sentido común es saber juzgar las cosas de acuerdo a
los prejuicios del entorno social. El buen sentido es individual, innovador y
libertario. El sentido común es colectivo, retrógrado y dogmático.
No
saben para que sirven ni para que viven, no tienen personalidad ni ideales.
Conviven
con y evitan salir de la mediocridad intelectual. Su mediocridad intelectual
los hace solemnes, modestos, indecisos y obtusos. Para ellos es preferible lo
malo conocido que lo bueno por conocer. Su incapacidad para asimilar ideas
nuevas los obliga a frecuentar lo conocido. Con la rutina renuncian a tener que
pensar.
Razonan
con la lógica de los demás, no pueden razonar por sí mismos, carecen de
opinión. Olvidan que las personas valen por su saber, son perezosos para
estudiar, desconfían de su propia imaginación, toda idea nueva la ven como un
peligro.
La
cabeza es para ellos un adorno del cuerpo, su modestia consiste en un simple
respeto a sí mismos y a los demás.
Sentimentales
Son
incapaces de sentir pasiones nobles, esquivan el amor, viven y mueren sin haber
amado.
Detestan
a quienes no pueden igualar, su existencia les ofende. Son más inclinados a la
hipocresía que al odio, por su cobardía prefieren la maledicencia a la
calumnia.
Conductuales
Son
imitativos, rutinarios y mansos. Son fríos, apáticos, desequilibrados.
En
ellos predominan las tendencias instintivas, transmitidas por herencia.
Son
incapaces de practicar virtudes porque les exigen demasiado esfuerzo.
Sus
hábitos son la aplicación de la experiencia acumulada por las generaciones
anteriores.
No
hacen las cosas con empeño, solo hacen lo estrictamente necesario. No se
esfuerzan al utilizar sus habilidades.
Viven
en ambientes rebajados, estériles o domesticados. Usan la rutina en el
aprovechamiento cómodo de experiencias comprobadas. La pereza es la madre de la
rutina.
La
rutina para ellos es contagiosa, la innovación peligrosa.
Practican
un precavido escepticismo para evitar el temor de comprometerse.
Cuando
son charlatanes su moral es peor que su estilo.
Ignoran
las virtudes, se limitan a cumplir las leyes por temor a las penas que amenazan
a quienes las violan, 0 a las consecuencias de la deshonra por no guardarlas.
Practican
la moral de la hipocresía que nace de la soberbia y la necesidad de aceptación
por los demás. Postergan la consecución de méritos y vegetan de otros. Viven de
los demás y para los demás.
Personales
Tres
elementos concurren en la formación de la personalidad: Herencia biológica,
imitación social y variación individual.
Son
seres sin personalidad, de buen apetito, trabajadores, ordenados, egoístas,
aferrados a sus costumbres, mimetistas, pacientes, respetuosos, domesticados,
sin aptitudes excepcionales. Carecen de virtudes. Carecen de rasgos
característicos.
Se
caracterizan por la incapacidad para concebir perfecciones e ideales.
Ven
el éxito como un precipicio y retroceden siempre a tiempo para evitar caer en
él.
Pasean
por las llanuras, evitan escalar cumbres y aproximarse a precipicios. Tratan de
hacerse acreedores de la tolerancia que se otorga a los imbéciles.
Sus
escritos tienen un estilo peor que su moral.
Empañan
la reputación ajena para tratar de mejorar la propia.
Carecen
de valor, de energía, de emociones, son sujetos sin carácter desde el
nacimiento hasta la tumba, no pueden seguir caminos de excelencia.
No
saben evitar la corrupción, son personas sin ideales, incapaces de resistir las
tentaciones de los hartazgos materiales.
Lo
habitual no son los genios, los talentos, los idiotas o los imbéciles sino los
mediocres.
Su
existencia es natural y necesaria. Representan, en la escala de la inteligencia
humana, el intermedio entre el talento y la estulticia.
Talento
es la capacidad intelectual para aprender las cosas con facilidad, o la
habilidad que se tiene para desarrollar una actividad. Estulticia se refiere a
una idiotez en la acción por falta de sensatez o buen juicio.
Algunos
triunfadores accidentales se encuentran fortuitamente con el éxito pero por sus
errores caen nuevamente en la mediocridad.
Sociales
Su
orientación varía con los tiempos y sus inclinaciones. Son la gran masa que
fluctúan entre los mentalmente superiores e inferiores.
Son
producto del medio, de las circunstancias, de la educación que reciben, de
quienes los tutelan, del entorno que los rodea.
Son
innumerables y vegetan en el medio, se reproducen a millones en silencio.
Están
adaptados para vivir en rebaño, para acatar rutinas, prejuicios y dogmatismos
útiles a la domesticidad.
Tienen
una justificación social y evolutiva, representan un progreso sobre el imbécil.
Piensan
con la cabeza de los demás, ajustan su carácter a la domesticidad convencional
y comparten una moral hipócrita.
Comparten
las debilidades y ruinas de la mediocridad circundante, para convertirse en
arquetipos o prohombres (eminencias) entre sus iguales.
Aceptan
los prejuicios consolidados, si dudan que algún prejuicio es una idea nueva, lo
desechan por peligroso.
Prejuicio
es una creencia anterior a un hecho o a una observación. Juicio es el
conocimiento posterior a él o ella.
Viven
sus vidas de acuerdo de los decires de los demás, son inmunes a la pasión por
la verdad, no tienen impulsos de perfección.
Necesitan
de la sombra de los poderosos y con corrupción persiguen puestos en la
administración del estado.
En
su mundo todo conspira contra las virtudes civiles y se corrompen unos a otros.
Características De Los Mediocres Honestos
Temen
al crimen pero no admiran la santidad. La honestidad está a su alcance, pero no
las virtudes. Soportan el yugo que les impongan sus cómplices.
Se
resignan a imitar alguna parte de las excelencias que practican los virtuosos.
Su progreso ético es lento, la virtud los arrastra y les enseña.
Características De Los Mediocres Vulgares
Son
las personas ostentosas dentro de los mediocres. Son mediocres de tribus
primitivas, de comunidades salvajes, que carecen de la domesticación para
convivir en las sociedades actuales.
Repudian
la belleza porque los obliga a pensamientos demasiado altos y a gestos
demasiado dignos.
Su
amistad consiste en complacencia servil o adulación provechosa.
Admiran
el utilitarismo egoísta, menudo (diminuto), y mediato (indirecto). Hacen del
arte un oficio lucrativo, de la ciencia un comercio, de la filosofía un
instrumento, de las virtudes empresas o fiestas y de los placeres sensualismos.
Características De Los Mediocres Hipócritas O Tartufos
Esquivan
la responsabilidad de sus acciones, son audaces en la traición y tímidos en la
lealtad. Simulan aptitudes y cualidades que creen convenientes en sus
escenarios.
Sus
virtudes son fingidas, se avienen a vegetar en la penumbra, guardan con afán
sus apariencias, usan la mentira prodigiosamente.
Son
traidores, sus víctimas son quienes creen que dicen la verdad. Les falta osadía
para practicar el mal, al cual están inclinados. Sugieren que ocultan sus
virtudes por modestia, jamás consiguen usar su antifaz con desenvoltura.
Entibian
toda amistad con sus dobleces, no confían en nadie, ni nadie confía en ellos.
Participan en complicidades indignas. Sienten ansiedad y terror frente a las
personas sinceras. Sospechan la valentía de las personas sinceras, creen oír en
sus palabras reproches merecidos.
No
tienen dignidad sino remordimiento. Intentan engañarse a sí mismos y confunden
la susceptibilidad con la delicadeza. La susceptibilidad nace del miedo y la
delicadeza de la dignidad.
Las
deudas acumuladas por la vanidad o el vicio, para fingir o engañar, los obligan
a renunciar a toda dignidad. La tendencia a la intriga los priva de cariños
sinceros, tienen cómplices pero no amigos, los mueve y los une no el amor sino
el interés, forzosamente utilitarios y oportunistas están siempre dispuestos a
traicionar por un beneficio inmediato.
Usan
la hipocresía como mordaza de la dignidad, son incapaces de resistir la
tentación del mal y no tienen coraje para asumir responsabilidades. Por ello
les niegan su amistad las personas superiores. Son desleales e ingratos.
Divulgan los favores que hacen y ocultan y olvidan el reconocimiento por los
que reciben. Minimizan lo que reciben y multiplican lo que dan. Sus mentes
están articuladas con rutinas y sus corazones inflados de prejuicios.
Son
enemigos de los virtuosos, no cosechan rosas porque le temen a las espinas,
olvidan que no hay perfección sin esfuerzo. Ser honesto para ellos es no hacer
el mal.
Sus
intenciones son rastreras, no tienen nobleza y sus actos desmienten sus
palabras. La nobleza está en la dignidad, en la perfección, no en abolengos y
pergaminos ridículos. Se es noble por los actos, no por la alcurnia
(ascendencia).
Son
inválidos morales, porque la virtud y no la honestidad es la medida de la
aristocracia moral.
Recetan
la austeridad, para adueñarse de sus beneficios, ofenden la primera vez por
ignorancia, pero lo siguen haciendo por villanía.
Los Mediocres Delincuentes
Son
personas incapaces de adaptar su conducta a la moralidad de la sociedad en que
viven. Son seres inferiores con el alma animal de la especie, pero sin el alma
de la sociedad. Determinan una desadaptación evolutiva a la perfección del
entorno, son personas dañinas al medio, moralmente inferiores a las personas
mediocres.
Están
por debajo de la mediocridad, presentan inferioridad biológica o social y una
ineptitud constante para adaptarse a las condiciones de lucha por la vida en
sus comunidades. Carecen de la aptitud para evitar los prejuicios e hipocresías
de la sociedad en que vegetan.
Vicios
La envidia. Es el sufrimiento por el bien
ajeno. Es el estigma de una humillante inferioridad sentida y reconocida. Es
una pasión traidora que propicia la hipocresía. Es el rubor en las mejillas por
la bofetada de la gloria ajena. Es la cadena que arrastran los fracasados. El
que tiene envidia se rebaja sin saberlo, se confiesa subalterno. La envidia
calladamente conspira, es repugnante, es una pasión de corazones pequeños. Se
envidia lo que otros ya tienen y se desea tener, como un deseo sin esperanzas.
Es una cobardía propia de los débiles, un odio impotente, una incapacidad
manifiesta de competir que lleva a odiar.
Los
envidiosos sienten que marchan al calvario cuando observan a otros escalar
cumbres. Lo que para otros es causa de felicidad, para los envidiosos es
sentimiento de dolor y amargura. Los envidiosos sienten con dolor la necesidad
de rendir homenaje a quienes consideran superiores. Los dones de inteligencia,
gracia, o belleza hacen sufrir a los envidiosos.
El odio. Es la aversión, la repugnancia, el
rechazo a personas o cosas. Se puede odiar a animales o cosas, pero solo se
puede envidiar a las personas. El odio que injuria y ofende es temible. El odio
puede hervir en corazones grandes y ser justo y noble cuando se ejerce contra
la tiranía, la infamia y la indignidad. Las personas superiores viven con
delirios de grandeza, son felices con lo que los envidiosos envidian.
El celo. Es la sospecha que se siente, de que
otro logre lo que uno pretende. La sospecha de que una persona amada quiera
además a otras personas. Se cela lo que ya se tiene y se teme perder.
La avaricia. Es la pasión que exalta los
sentimientos egoístas y aumenta el afán de poseer sobre el de disfrutar.
La vejez niveladora. Es hacer cuentas de que
lo que se tiene basta para los años de vida que quedan. Es la mediocrización de
las personas superiores. La vejez vuelve a las personas superiores mediocres,
infantiles y perezosas.
***
El hombre superior piensa siempre en la virtud; el hombre vulgar piensa
en la comodidad.
Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.
***
Tipos De Conducta
No
Recuerdo El Origen Del Artículo
Hay
tres tipos de conducta principales: agresivo, pasivo y asertivo.
La persona agresiva
Trata
de satisfacer sus necesidades.
Le
gusta el sentimiento de poder, pero en el fondo sabe que se está aprovechando
de los demás.
Repite
constantemente que tiene razón, pero oculta un sentimiento de inseguridad y de
duda.
Suele
estar sola, puesto que su conducta aleja a los demás; no obstante, nunca
admitirá que necesita amigos.
Suele
ser enérgica, pero con frecuencia de una forma destructiva.
En
realidad, no se gusta a sí misma, por lo tanto crea un ambiente negativo a su
alrededor.
Tiene
la capacidad de desmoralizar y humillar a los demás
Se
la puede reconocer por su típico lenguaje verbal y corporal
La persona pasiva
Los
demás se aprovechan de ella fácilmente (además, fomenta esta actitud).
Suele
tener sentimientos de inseguridad y de inferioridad, que se refuerzan siempre
que entra en contacto con una persona agresiva.
Está
enfadada consigo misma porque sabe que los demás se aprovechan de ella.
Es
una experta en ocultar sus sentimientos.
Es
tímida y reservada cuando está con otras personas.
No
sabe aceptar cumplidos.
Se
agota y no tiene mucha energía ni entusiasmo para nada.
Su
actitud acaba irritando a los demás.
Absorbe
la energía de los demás.
Se
la puede reconocer por su típico lenguaje corporal y verbal.
La persona asertiva
Se
preocupa por sus derechos y por los de los demás.
Por
lo general, acaba consiguiendo sus metas.
Respeta
a los demás, está dispuesta a negociar y a comprometerse cuando lo considera
oportuno.
Cumple
siempre sus promesas.
Puede
comunicar sus sentimientos de tal modo que, incluso cuando son negativos, no
fomenta el resentimiento.
Se
siente en paz consigo misma y con los que la rodean.
Está
preparada para asumir riesgos y, si no funciona, acepta que los errores formen
parte del proceso de aprendizaje.
Reconoce
sus fracasos y sus éxitos.
Es
entusiasta y motiva a los otros.
Se
siente bien consigo misma y hace sentirse bien a los demás.
Se
la puede reconocer por su típico lenguaje verbal y corporal.
Puede
empezar a ser una persona asertiva encargándose primero de los problemas
pequeños y recompensándose por sus logros. La visualización creativa le puede
ayudar: piense en situaciones en las que no ha actuado positivamente y
pregúntese qué es lo que cambiaría en el futuro.
Recuerde
que una persona asertiva puede hacer lo siguiente:
Expresar
sentimientos positivos.
Expresar
sentimientos negativos.
Decir
no.
Dar
su sincera opinión.
Decir
que está enfadada cuando está justificado.
Defender
sus derechos a la vez que permite que los demás defiendan los suyos.
Establecer
metas y estar dispuesta a trabajar para conseguirlas, aunque se tengan que
modificar durante el proceso.
Dar
cumplidos sinceros y también saber aceptarlos.
Elegir
cómo le gustaría cambiar y hacer el esfuerzo para conseguirlo.
Ser
una buena comunicadora.
Desarrollar
la habilidad de negociar, comprometiéndose cuando sea necesario y apropiado.
Aprender
a hacer frente a los desdenes.
Comprender
que hay dos tipos de críticas, justas e injustas, y luego: pasar de las que son
injustas, estar de acuerdo con las justificadas (pero no responder a las que
son opiniones personales). Si la crítica está justificada en parte, responder
sólo en relación a esa parte. Si la crítica es personal, intentar responder con
una pregunta.
***
Sobre La Madurez Y La
Inmadurez
No
Recuerdo El Origen Del Artículo
Una persona con madurez:
Es
equilibrada, afronta con valor y serenidad las dificultades.
Tiene
capacidad para tomar decisiones.
Es
profunda en sus reflexiones, piensa antes lo que va a decir o hacer.
Es
coherente y constante, pase lo que pase, no se vende.
Es
segura de sí misma.
Posee
equilibrio emocional.
Tiene
dominio sobre la atención, imaginación, sentidos, impulsos, sentimientos,
emociones y pasiones.
Tiene
capacidad para convivir en paz y armonía con los demás.
Posee
un juicio crítico y rectitud frente a los acontecimientos.
Tiene
buen corazón, entregado a los demás, desinteresado en el servicio.
Su
vida está motivada por el amor a un ideal.
Una persona sin madurez:
Se
acobarda ante las dificultades y problemas.
Es
insegura e indecisa.
Por
su misma inseguridad, cambia de opinión constantemente
Es
superficial.
Se
deja llevar por complejos y caprichos.
Tiene
constantes altibajos emocionales, lo mismo se le ve eufórico como deprimido y
amargado.
Es
inconstante.
Es
ingenuo frente a lo que acontece a su alrededor.
Con
frecuencia es conflictivo en sus relaciones con los demás.
***
Gente Tóxica Y Gente Saludable
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Una persona se vuelve tóxica como resultado, tanto de su herencia genética, como de las circunstancias de su vida, o de una mezcla de ambas. Lo malo de la gente tóxica es que logran sacar a lo peor que los demás tenemos dentro. Así que no solo nos causan problemas, sino que logran que nosotros mismos actuemos en nuestra contra.
La gente tóxica suele ser: abusiva, falsa, controladora, cruel, burlona, desafiante, egoísta, envidiosa, insensible, desconsiderada, viciosa, arrogante, presuntuosa, sarcástica, servil, indigna, despreciable, deshonesta, promiscua, indecente, vil, oportunista, presumida, pretenciosa, ambiciosa, infiel, sinverguenza, mentirosa, insegura, orgullosa, lujuriosa, obscena, depravada, indiscreta, indecisa, ofensiva, desleal, negativa, malévola, peleonera, violenta y hasta vulgar.
¿Qué hacer para manejar a las personas tóxicas? Existen 4 técnicas básicas: ejercer el auto control para no darles demasiada importancia; cuestionar sus intenciones y ofrecerles ayuda para mejorar; confrontarlas directamente para que cambien; terminar la relación en casos extremos o al haber agotado las otras instancias.
Pero quizás el mejor antídoto contra las personas tóxicas es relacionarse con las personas saludables. Toda la gente que logra el éxito y la felicidad verdadera, lo alcanza con el apoyo y la ayuda de personas saludables.
Una persona saludable es aquella que te hace sentir bien, que siempre te saluda con una sonrisa, que tiene valores, principios y virtudes, que ayuda a los demás a conocerse y desarrollarse como ser humano; aquella que te permite ejercitar tus talentos y habilidades, aquella que te ayuda a ser y dar lo mejor de tí, con respeto a tu persona, tu integridad y tu dignidad y que está dispuesta a “realizar un esfuerzo adicional” por ti y por los demás.