domingo, agosto 02, 2015

Compilación Varios Autores, ♀

La Codependencia
(varias fuentes)

Cuando una pareja comienza su historia de amor, el deseo y la voluntad para prosperar y propiciar el desarrollo del otro, son muy fuertes.   Sin embargo, con el tiempo, muchas de ellas terminan no solamente separadas, sino sumamente resentidas. Cuando han procreado hijos, éstos se convierten en peones que son  utilizados para denigrar y humillar al otro. Así pues, la pareja modelo que había comenzado su historia como un cuento de hadas, termina muy a menudo en una amarga pesadilla.

La codependencia es una condición psicológica en la cual alguien manifiesta una excesiva, y a menudo inapropiada, preocupación por las dificultades de alguien más o por un grupo de personas.

Las relaciones codependientes (apego afectivo) son relaciones adictivas que se alejan mucho del amor. La persona dependiente se diluye en la otra perdiendo de vista sus ideas, valores, proyectos, y, en definitiva, su individualidad.

La codependencia es definida como la sujeción absoluta de una persona a otra. Es la entrega del aspecto personal de nuestras vidas para que otra persona la administre sin límites de ninguna clase. Es el entregar todo a la pareja sin esperar nada a cambio. Es doblegar nuestros principios, valores y gustos con tal de que la otra persona sea feliz. Es permanecer atada a una relación caótica, violenta y sin un futuro digno.

El codependiente suele olvidarse de sí mismo para centrarse en los problemas del otro (su pareja, un familiar, un amigo, etc.), es por eso que es muy común que se relacione con gente "problemática", justamente para poder rescatarla y crear de este modo un lazo que los una. Así es como el codependiente, al preocuparse por el otro, olvida sus propias necesidades y cuando la otra persona no responde como el codependiente espera, éste se frustra y se deprime. Con su constante ayuda, el codependiente busca generar, en el otro, la necesidad de su presencia, y al sentirse necesitado cree que de este modo nunca lo van a abandonar. Esta condición es grave ya que al no sentirse correspondido puede hacerse daño a si mismo e incluso a la otra persona.

Las personas codependientes tienen dificultad para pedir; les resulta muy difícil pedir lo que necesitan y más bien están  atentos siempre a las necesidades y demandas que le hacen los otros que están a su alrededor, pues se siente responsable de su seguridad, su salud y bienestar, en fin todo lo que pueda hacer feliz al otro.

La expresión sintomática del codependiente se caracteriza por la necesidad de tener el control sobre el otro, por una baja autoestima, por un autoconcepto negativo, por la dificultad para poner límites, por la represión de sus emociones, por hacer propios los problemas del otro, por la negación del problema, por ideas obsesivas y conductas compulsivas, por el miedo a ser abandonado, a la soledad o al rechazo, por su extremismo (o son hiperresponsables o demasiado irresponsables). Además se siente víctima porque sacrifica su propia felicidad, tiene dificultad para la diversión y se juzga sin misericordia.

Como señala Charles Whitfield (24) " ...cuando nos concentramos demasiado fuera de nosotros mismos, perdemos contacto con aquello que está dentro de nosotros: nuestras creencias, pensamientos, sentimientos, decisiones, elecciones, experiencias, deseos, necesidades, sensaciones, intuiciones, experiencias inconscientes, y aún aquellos indicadores del funcionamiento de nuestro cuerpo, como el ritmo cardíaco y respiratorio. Estos y otros elementos son parte del exquisito sistema de retroalimentación que podemos llamar nuestra vida interna. Nuestra vida interna es la parte más importante de nuestra conciencia. Y nuestra consciencia es quien somos nosotros, nuestro verdadero yo.

Algunas características de la Codependencia:

  • El concepto que tienes de ti misma depende de lo que él piense de ti.
  • El sentirte bien o mal depende del grado de aprobación que obtengas de tu pareja.
  • Los problemas de él  te afectan a ti en gran modo.
  • Tu enfoque está centralizado en resolver los problemas de tu pareja, más que en resolver los tuyos.
  • Tu meta en todo momento es complacer a tu pareja.
  • Tu enfoque mental es protegerlo en todos los aspectos de su vida.
  • No te importa que tu autoestima sufra con tal de evitarle a tu pareja un sufrimiento.
  • Tus pasatiempos y diversiones los pones a un lado con tal de verlo a él feliz disfrutando de lo que le gusta.
  • Su comportamiento en eventos sociales afecta directamente tu autoestima, te sientes orgullosa o avergonzada.
  • No estás consciente de lo que quieres o de lo que sientes, sin embargo, estás muy consciente de lo que tu pareja quiere o siente.
  • Tus metas y planes para el futuro al igual que tus sueños están ligados directamente a los de tu pareja.
  • Tu círculo de amistades encierra únicamente las personas que tu pareja acepta como tus amigos.
  • El darte por completo a la relación con él, te hace sentirte muy segura en tu vida sentimental.
  • Tu mayor preocupación es decir algo que pueda disgustar a tu pareja.
  • Pones tus creencias religiosas y tus valores morales a un lado para conectarte sentimentalmente a tu compañero.
  • Te importa su opinión en todos los aspectos y te da temor expresar la tuya por temor a disgustarlo.
  • La calidad de vida que tienes está basada en la calidad de vida que tu pareja tiene.
  • Sacrificas tus propios gustos como las películas que te gustan, tu comida favorita y reuniones sociales con tal que puedas complacer los gustos de él.

El Abusador

  • ¿Insiste en mantener el control de tu vida, tus pensamientos y comportamiento?
  • ¿Consigue someter con sus amenazas de violencia física o psicológica (insultándote, humillándote, desvalorizando tus sentimientos y opiniones o incluso dejándote de hablar por periodos prolongados?
  • ¿Cambia imprevistamente de seductor a déspota?
  • ¿Hace comentarios despectivos sobre ti en particular y sobre otras personas en general?
  • ¿Te castiga dejando de darte amor, dinero, aprobación?
  • ¿Es celoso y posesivo?
  • ¿Insiste en que para satisfacerlo, renuncies a actividades valiosas o importantes para ti?
  • ¿Te obliga a participar en actos sexuales que te son desagradables o dolorosos?
  • ¿Tiene aventuras extramatrimoniales?
  • ¿Te humilla en presencia de otro?
  • ¿Es encantador en público, pero te regaña cuando están solos?
  • ¿Actúa como competidor de tus hijos o de otras personas importantes en tu vida?
  • ¿Proyecta sobre ti la culpa de todos sus conflictos?

Ubícate:
No Es Amor Cuando...

  • ...estar enamorada significa sufrir.
  • ...disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta.
  • ...no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos con la idea de que, si tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él querría cambiar por nosotras.
  • ...nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional e incluso, nuestra salud e integridad física.

Los codependientes tienen una muy alta tolerancia al dolor y generalmente se siente atraídos por personas con problemas, ya que de manera inconsciente, encuentran terreno fértil para cumplir la misión de “solucionarles la vida a los demás”, incluso sin que nadie se lo pida.

Por la baja autoestima entraremos en relaciones de manera desesperada y a conformarnos con “migajas” de cariño y atención, e incluso vamos a permitir y hasta justificar el maltrato.

Es muy común que en una relación, el codependiente no pueda o le sea muy difícil poner límites y sencillamente todo lo perdone, a pesar de que la otra persona llegue a herirlo de manera deliberada, esto es simplemente porque el codependiente confunde la "obsesión" y "adicción" que siente por el otro con un inmenso amor que todo lo puede. Por ende, el codependiente es incapaz de alejarse por sí mismo de una relación enfermiza, por más insana que ésta sea, y es muy común que lleguen a pensar que más allá de esa persona se acaba el mundo, hasta que reconocen su condición psicológica y el codependiente decide hacer algo para cambiar la manera en que vive y así, terminar con la codependencia o no volver a generar su codependencia en otras personas o en futuras relaciones.

La codependencia consiste en estar total o casi totalmente centrados en una persona, un lugar o en algo fuera de nosotros mismos. La codependencia se caracteriza por una negación inconsciente de nuestras emociones. La negación es una respuesta humana natural a situaciones a las que no podemos hacer frente o que no podemos permitirnos sentir. Generalmente se origina en la niñez (pero puede aparecer a cualquier edad), dentro de un ambiente familiar (o grupal) no sano. Es nuestra forma de protegernos. Es un proceso inconsciente necesario para la supervivencia en determinadas circunstancias.

Puedes reconocer la codependencia si tienes una gran necesidad de ser aceptada más de lo común, presentas una sensación de pérdida de identidad, a veces la persona no sabe quién es o qué quiere o qué objetivos busca en la vida; si llegas a sentir una especie de parálisis sentimental por miedo a herir a los demás; si tienes reacciones desmedidas que desconciertan y confunden a los demás; si padeces de incapacidad de disfrutar por estar demasiado comprometida con los demás; si presentas constante preocupación exagerada por los demás de hacerse daño; si tienes incapacidad de permitir que los demás vivan las consecuencias de sus actos; en realidad estas son solo algunas y puedes presentar una o varias de estas conductas de manera notoria o si notas que tu pareja presenta esto, podrás saber que hay problemas de codependencia.

Un codependiente debe superar esta enfermedad psicológica para poder ser libre de elegir con quien relacionarse y, más aún, poner límites.

Tales conductas, (las de concentrarse en una persona o lugar fuera de nosotros) que bien pueden aminorar el conflicto y facilitar las tensiones dentro de la familia (o grupo) en el corto plazo, son contraproducentes a largo plazo, dado que, en este caso, el codependiente está realmente apoyando (“facilitando”) el comportamiento adictivo de la persona de la cual es codependiente (p. ej. esposo abusador).

La codependencia también puede ser un conjunto de conductas de inadaptación, compulsión, aprendidas por los miembros de una familia (o grupo) a fin de sobrevivir en un ambiente que experimenta una gran tensión y pena emocional causada, por ejemplo, por una pérdida sensible, violencia intrafamiliar, adicciones u otra forma de neurosis de un miembro de la familia, abuso sexual o una enfermedad crónica de un familiar, o fuerzas externas a la familia, como la pobreza. También existen cuadros de codependencia en situaciones no extremas.

Algunos síntomas de la codependencia son: conducta controladora, desconfianza, perfeccionismo, evitar hablar de los sentimientos, problemas de intimidad, comportamiento protector, hipervigilancia o malestar físico debido a stress. A menudo la codependencia va acompañada por depresión, ya que el codependiente sucumbe ante sentimientos de frustración o tristeza extrema por su incapacidad de realizar cambios en la vida de la otra persona (o personas) y puede llegar también a producir ataques de pánico en quienes lo padecen.

Estas conductas son un signo mucho más claro, por ejemplo si la buena voluntad de ayudar nos vuelve obsesivos; si la compasión nos pone en el lugar de rescatar y tomar la responsabilidad del otro; si lo que hacemos por la otra persona nunca es suficiente y nos exigimos darle más; si no podemos dejar que el otro sea como es e insistimos en que debe de cambiar; si creemos que los otros no son capaces de cuidarse y lograr sus cosas por sí mismos; si somos capaces de postergar las metas y rutinas personales para acomodarnos a las demandas de los demás; si nos sacrificamos hasta que duela y terminamos siendo o pareciendo víctimas del otro; si hemos perdido el interés de vivir nuestra propia vida; si padecemos síntomas como gastritis, diarrea crónica, depresión dolores de espalda y cabeza, en general que ya no se logra tener un equilibrio de buena salud; si sentimos miedo al abandono; si no podemos poner límites; si nos cuesta manejar la ira, tanto la propia porque no la podemos parar o por el temor exagerado por la ira de los demás; si vivimos sacrificándonos por otros y ellos no dan lo que merecemos, necesitamos o esperamos.

Una de las mayores justificantes para ocultar de codependencia es cuando una persona vive el amor, ya que se nos ha inculcado que en el amor se da todo, que debes vivir para tu pareja, que debes cumplir hasta su último capricho, etc., y con la justificante del amor, hay personas que van por la vida diciendo que aman demasiado a su pareja, que por amor hacen todo por los suyos, que el amor es la razón de su ser, solo que el problema es cuando la persona vive su vida a través de la vida de los demás y con el escudo del amor, se engaña a sí misma creyendo que por amor va a vivir la vida de los demás, sin darse cuenta que es un acto de invasión, intromisión y limita la libertad de los demás y a la larga siempre terminan mal ese tipo de relaciones, ya que sus necesidades van más allá de lo que corresponde al verdadero amor.

Así es como nos enredamos en los problemas de los otros, y vamos dejando a un lado nuestras cosas, por buscar entre las cosas de los otros. En esta situación se permiten abusos, maltratos y dolor, tanto físico, pero sobre todo psicológico y emocional y siempre hay la tendencia a pensar que no es suficiente lo que hacemos por los demás, como si esa fuera una misión que se nos encomendó.

El apego, a diferencia del amor, se define como la inclinación, dependencia, afición o adicción hacia algo o alguien. Por ello, el apego (que forma relaciones codependientes) es una causa de sufrimiento porque esclaviza a las personas impidiéndoles ver la realidad; desde ese punto de vista, no hay apegos grandes o pequeños ya que todos son igualmente negativos. El apego es un sentimiento de pertenencia, posesividad, miedo e interés. Es el amor enfermo hacia la otra persona la que provoca la pérdida del norte de la propia vida a causa de estar pendiente del otro. Cuando sentimos apego respiramos el mismo aire de esa persona, queremos controlar lo que hace, dice y piensa, casi quisiéramos meternos en su propia piel para entender todo sobre la otra persona. Así, nos convertimos en un apéndice de la otra persona, perdiendo nuestra propia valía e independencia personal.

Los codependientes son “adictos afectivos, los cuales dependen de otros para vivir, buscan gratificación en los otros como los adictos a la droga”. Son individuos que sienten un gran temor al abandono, necesitan aferrarse a otros incluso cuando la compañía les cause dolor. Por otro lado, el compañero del codependiente, estimula y propicia las conductas adictivas porque las necesita para afirmarse a él mismo.

Hace muchos años, un amigo a cuya esposa le decíamos doña Robustiana (personaje radial en la vieja Managua de los años 60 y 70 que maltrataba verbal y físicamente al esposo llamado don Cándido),  porque no lo respetaba, lo avergonzaba frente a los demás, etc…, cuando llegó al punto de inflexión de aceptar que la esposa era el principal factor de infelicidad en su vida, y que debía decidir si continuar en esa vida de sufrimiento, de frustración, de depresión, u optar por una vida mejor, dejándola si era necesario. El pensamiento que le atormentaba era: “Si la dejo se va a enfermar y hasta se puede morir”. Pasó a la etapa de introspección, repasó la película de su vida de matrimonio, hizo un balance cuyos resultados fueron negativos para él y finalmente optó por el camino de la separación. Hoy, después de un poco más de 30 años,  ambos reconstruyeron sus vidas, formaron un nuevo hogar y tienen una vida diferente.

¿Cuándo Salir De Una Relación?:

De acuerdo a especialistas en el tema, existen 3 razones para dejar una relación:


  • Cuando no te quieren. Tu pareja puede decir quererte, pero si en las acciones no lo muestra, sinceramente no te ama.
  • Cuando no te permiten seguir desarrollándote. Cuando tu pareja se convierte en un obstáculo para ti. Sean sus celos, su indiferencia,  su sarcasmo o bien su violencia, lo cierto es que no te permite crecer.
  • Cuando tu pareja pisotea tus derechos humanos. En este punto se trata de la dominación, la humillación, las amenazas, el terror, el chantaje y los golpes que en ciertas ocasiones tu pareja utiliza para que no salgas, o para que las cosas sigan igual.

Los individuos que sufren codependencia pueden buscar asistencia a través de varias terapias verbales, sin embargo pueden abandonarla cuando en el proceso descubren que los puede llevar a "dejar" al otro.

La codependencia resulta de eventos vividos, quizá dolorosos, que marcan la ruta de las personas atrapadas en dichos comportamientos. Es decir, estas son conductas aprendidas, por lo tanto, se puede afirmar que así como se aprenden de igual manera se pueden desaprender. Y el proceso de liberación se inicia a partir de que se toma conciencia que muchas cosas que te hubiera gustado realizar no las has llevado a cabo por privilegiar las necesidades, los gustos  y  hasta caprichos de otras personas.

La introspección es una especie de viaje interno que realizamos para tomar conciencia de la situación que hemos vivido y/o estamos viviendo. Cuando nos examinamos y establecemos lo que pensamos y sentimos, ello nos permite encausar los acontecimientos hacia una resolución favorable.

La introspección debiera ser una práctica más o menos habitual, ello nos proporciona la posibilidad de vernos en el espejo del alma, que nos devuelve una imagen tal cual somos: sin máscaras. No es sencillo pero debemos hacerlo sabiendo que no somos perfectos y que estamos dispuestos a enmendar errores del pasado, a renovar creencias y orientarnos hacia nuevos retos, a ser libres de codependencia y optar por una calidad de vida adecuada.

Como seres humanos que somos, es importante entender que las relaciones sanas son relaciones en las que la persona asume la responsabilidad de su propia vida y de sus acciones y acepta que en la relación se van a experimentar momentos felices pero a la vez sufrimiento, y que la felicidad no está en el otro, sino que depende de cada uno de nosotros, en definitiva, son relaciones en las cuales no hay temor sino libertad e independencia.

Debemos recordar que el deseo mueve al mundo y la dependencia lo frena. El objetivo no es reprimir las ganas naturales que surgen del amor, sino fortalecer la capacidad de desprenderse cuando haya que hacerlo. El “sentimiento de amor” es una variable importante al tener una pareja, pero no es la única. Una buena relación de pareja también debe fundamentarse en el respeto, la comunicación sincera, el deseo, los gustos, los principios y valores, el humor, la sensibilidad y la amistad, entre otras.

El buscarse a uno mismo, el quererse y el aceptarse son las bases para establecer relaciones sanas y realistas con los demás. El poder de una pareja, aunque suene a tópico, no lo tiene el que tenga más dinero, ni el más fuerte, ni el más inteligente, sino el que necesita menos al otro. Lo importante de una relación de pareja no es quién lleva las riendas sino cómo se llevan.

Recordemos que el ser independiente no implica desamor. Cuando alguien es independiente lo que está cultivando es un amor razonable, un amor pensado, un amor inteligente.

Cuando el amor no produce paz sino angustia o culpa, está contaminado de codependencia. Ese tipo de amor es patológico, lo que se puede considerar un amor enfermo, ya que es muy destructivo, pues al no producir paz interior ni crecimiento espiritual nos lleva a la infelicidad.

Por eso hay que tener cuidado, el amor no duele, el amor no es una lucha, el amor no es una constante batalla, el amor no es culpa, el amor no es rencor, el amor no es desvelo, el amor no es llanto, el amor no es desconfianza, el amor no es pelea, etc.

Si Ud. está aprisionada por la codependencia, pídale a Dios que le respalde, y actúe para liberarse de esas cadenas.