La Codependencia
(varias fuentes)
Cuando
una pareja comienza su historia de amor, el deseo y la voluntad para prosperar
y propiciar el desarrollo del otro, son muy fuertes. Sin embargo, con el tiempo, muchas de ellas
terminan no solamente separadas, sino sumamente resentidas. Cuando han procreado
hijos, éstos se convierten en peones que son
utilizados para denigrar y humillar al otro. Así pues, la pareja modelo
que había comenzado su historia como un cuento de hadas, termina muy a menudo
en una amarga pesadilla.
La codependencia es
una condición psicológica en la cual alguien manifiesta una excesiva, y a
menudo inapropiada, preocupación por las dificultades de alguien más o por un
grupo de personas.
Las relaciones
codependientes (apego afectivo) son relaciones adictivas que se alejan mucho
del amor. La persona dependiente se diluye en la otra perdiendo de vista sus
ideas, valores, proyectos, y, en definitiva, su individualidad.
La
codependencia es definida como la sujeción absoluta de una persona a otra. Es
la entrega del aspecto personal de nuestras vidas para que otra persona la
administre sin límites de ninguna clase. Es el entregar todo a la pareja sin
esperar nada a cambio. Es doblegar nuestros principios, valores y gustos con
tal de que la otra persona sea feliz. Es permanecer atada a una relación
caótica, violenta y sin un futuro digno.
El codependiente
suele olvidarse de sí mismo para centrarse en los problemas del otro (su
pareja, un familiar, un amigo, etc.), es por eso que es muy común que se
relacione con gente "problemática", justamente para poder rescatarla
y crear de este modo un lazo que los una. Así es como el codependiente, al
preocuparse por el otro, olvida sus propias necesidades y cuando la otra
persona no responde como el codependiente espera, éste se frustra y se deprime.
Con su constante ayuda, el codependiente busca generar, en el otro, la
necesidad de su presencia, y al sentirse necesitado cree que de este modo nunca
lo van a abandonar. Esta condición es grave ya que al no sentirse correspondido
puede hacerse daño a si mismo e incluso a la otra persona.
Las personas
codependientes tienen dificultad para pedir; les resulta muy difícil pedir lo
que necesitan y más bien están atentos
siempre a las necesidades y demandas que le hacen los otros que están a su
alrededor, pues se siente responsable de su seguridad, su salud y bienestar, en
fin todo lo que pueda hacer feliz al otro.
La
expresión sintomática del codependiente se caracteriza por la necesidad de
tener el control sobre el otro, por una baja autoestima, por un autoconcepto
negativo, por la dificultad para poner límites, por la represión de sus
emociones, por hacer propios los problemas del otro, por la negación del
problema, por ideas obsesivas y conductas compulsivas, por el miedo a ser
abandonado, a la soledad o al rechazo, por su extremismo (o son
hiperresponsables o demasiado irresponsables). Además se siente víctima porque
sacrifica su propia felicidad, tiene dificultad para la diversión y se juzga
sin misericordia.
Como
señala Charles Whitfield (24) " ...cuando nos concentramos demasiado fuera
de nosotros mismos, perdemos contacto con aquello que está dentro de nosotros:
nuestras creencias, pensamientos, sentimientos, decisiones, elecciones,
experiencias, deseos, necesidades, sensaciones, intuiciones, experiencias
inconscientes, y aún aquellos indicadores del funcionamiento de nuestro cuerpo,
como el ritmo cardíaco y respiratorio. Estos y otros elementos son parte del
exquisito sistema de retroalimentación que podemos llamar nuestra vida interna.
Nuestra vida interna es la parte más importante de nuestra conciencia. Y
nuestra consciencia es quien somos nosotros, nuestro verdadero yo.
Algunas
características de la Codependencia:
- El concepto que tienes de ti misma depende de lo que él piense de ti.
- El sentirte bien o mal depende del grado de aprobación que obtengas de tu pareja.
- Los problemas de él te afectan a ti en gran modo.
- Tu enfoque está centralizado en resolver los problemas de tu pareja, más que en resolver los tuyos.
- Tu meta en todo momento es complacer a tu pareja.
- Tu enfoque mental es protegerlo en todos los aspectos de su vida.
- No te importa que tu autoestima sufra con tal de evitarle a tu pareja un sufrimiento.
- Tus pasatiempos y diversiones los pones a un lado con tal de verlo a él feliz disfrutando de lo que le gusta.
- Su comportamiento en eventos sociales afecta directamente tu autoestima, te sientes orgullosa o avergonzada.
- No estás consciente de lo que quieres o de lo que sientes, sin embargo, estás muy consciente de lo que tu pareja quiere o siente.
- Tus metas y planes para el futuro al igual que tus sueños están ligados directamente a los de tu pareja.
- Tu círculo de amistades encierra únicamente las personas que tu pareja acepta como tus amigos.
- El darte por completo a la relación con él, te hace sentirte muy segura en tu vida sentimental.
- Tu mayor preocupación es decir algo que pueda disgustar a tu pareja.
- Pones tus creencias religiosas y tus valores morales a un lado para conectarte sentimentalmente a tu compañero.
- Te importa su opinión en todos los aspectos y te da temor expresar la tuya por temor a disgustarlo.
- La calidad de vida que tienes está basada en la calidad de vida que tu pareja tiene.
- Sacrificas tus propios gustos como las películas que te gustan, tu comida favorita y reuniones sociales con tal que puedas complacer los gustos de él.
El Abusador
- ¿Insiste en mantener el control de tu vida, tus pensamientos y comportamiento?
- ¿Consigue someter con sus amenazas de violencia física o psicológica (insultándote, humillándote, desvalorizando tus sentimientos y opiniones o incluso dejándote de hablar por periodos prolongados?
- ¿Cambia imprevistamente de seductor a déspota?
- ¿Hace comentarios despectivos sobre ti en particular y sobre otras personas en general?
- ¿Te castiga dejando de darte amor, dinero, aprobación?
- ¿Es celoso y posesivo?
- ¿Insiste en que para satisfacerlo, renuncies a actividades valiosas o importantes para ti?
- ¿Te obliga a participar en actos sexuales que te son desagradables o dolorosos?
- ¿Tiene aventuras extramatrimoniales?
- ¿Te humilla en presencia de otro?
- ¿Es encantador en público, pero te regaña cuando están solos?
- ¿Actúa como competidor de tus hijos o de otras personas importantes en tu vida?
- ¿Proyecta sobre ti la culpa de todos sus conflictos?
Ubícate:
No
Es Amor Cuando...
- ...estar enamorada significa sufrir.
- ...disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta.
- ...no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos con la idea de que, si tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él querría cambiar por nosotras.
- ...nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional e incluso, nuestra salud e integridad física.
Los codependientes
tienen una muy alta tolerancia al dolor y generalmente se siente atraídos por
personas con problemas, ya que de manera inconsciente, encuentran terreno
fértil para cumplir la misión de “solucionarles la vida a los demás”, incluso
sin que nadie se lo pida.
Por la baja autoestima
entraremos en relaciones de manera desesperada y a conformarnos con “migajas”
de cariño y atención, e incluso vamos a permitir y hasta justificar el
maltrato.
Es muy común que en
una relación, el codependiente no pueda o le sea muy difícil poner límites y
sencillamente todo lo perdone, a pesar de que la otra persona llegue a herirlo
de manera deliberada, esto es simplemente porque el codependiente confunde la
"obsesión" y "adicción" que siente por el otro con un
inmenso amor que todo lo puede. Por ende, el codependiente es incapaz de
alejarse por sí mismo de una relación enfermiza, por más insana que ésta sea, y
es muy común que lleguen a pensar que más allá de esa persona se acaba el
mundo, hasta que reconocen su condición psicológica y el codependiente decide
hacer algo para cambiar la manera en que vive y así, terminar con la
codependencia o no volver a generar su codependencia en otras personas o en
futuras relaciones.
La codependencia
consiste en estar total o casi totalmente centrados en una persona, un lugar o
en algo fuera de nosotros mismos. La codependencia se caracteriza por una
negación inconsciente de nuestras emociones. La negación es una respuesta
humana natural a situaciones a las que no podemos hacer frente o que no podemos
permitirnos sentir. Generalmente se origina en la niñez (pero puede aparecer a
cualquier edad), dentro de un ambiente familiar (o grupal) no sano. Es nuestra
forma de protegernos. Es un proceso inconsciente necesario para la
supervivencia en determinadas circunstancias.
Puedes
reconocer la codependencia si tienes una gran necesidad de ser aceptada más de
lo común, presentas una sensación de pérdida de identidad, a veces la persona
no sabe quién es o qué quiere o qué objetivos busca en la vida; si llegas a
sentir una especie de parálisis sentimental por miedo a herir a los demás; si
tienes reacciones desmedidas que desconciertan y confunden a los demás; si
padeces de incapacidad de disfrutar por estar demasiado comprometida con los
demás; si presentas constante preocupación exagerada por los demás de hacerse
daño; si tienes incapacidad de permitir que los demás vivan las consecuencias
de sus actos; en realidad estas son solo algunas y puedes presentar una o
varias de estas conductas de manera notoria o si notas que tu pareja presenta
esto, podrás saber que hay problemas de codependencia.
Un codependiente
debe superar esta enfermedad psicológica para poder ser libre de elegir con
quien relacionarse y, más aún, poner límites.
Tales conductas,
(las de concentrarse en una persona o lugar fuera de nosotros) que bien pueden
aminorar el conflicto y facilitar las tensiones dentro de la familia (o grupo)
en el corto plazo, son contraproducentes a largo plazo, dado que, en este caso,
el codependiente está realmente apoyando (“facilitando”) el comportamiento
adictivo de la persona de la cual es codependiente (p. ej. esposo abusador).
La
codependencia también puede ser un conjunto de conductas de inadaptación,
compulsión, aprendidas por los miembros de una familia (o grupo) a fin de
sobrevivir en un ambiente que experimenta una gran tensión y pena emocional
causada, por ejemplo, por una pérdida sensible, violencia intrafamiliar, adicciones
u otra forma de neurosis de un miembro de la familia, abuso sexual o una
enfermedad crónica de un familiar, o fuerzas externas a la familia, como la
pobreza. También existen cuadros de codependencia en situaciones no extremas.
Algunos síntomas de
la codependencia son: conducta controladora, desconfianza, perfeccionismo,
evitar hablar de los sentimientos, problemas de intimidad, comportamiento
protector, hipervigilancia o malestar físico debido a stress. A menudo la
codependencia va acompañada por depresión, ya que el codependiente sucumbe ante
sentimientos de frustración o tristeza extrema por su incapacidad de realizar
cambios en la vida de la otra persona (o personas) y puede llegar también a
producir ataques de pánico en quienes lo padecen.
Estas conductas son
un signo mucho más claro, por ejemplo si la buena voluntad de ayudar nos vuelve
obsesivos; si la compasión nos pone en el lugar de rescatar y tomar la
responsabilidad del otro; si lo que hacemos por la otra persona nunca es
suficiente y nos exigimos darle más; si no podemos dejar que el otro sea como
es e insistimos en que debe de cambiar; si creemos que los otros no son capaces
de cuidarse y lograr sus cosas por sí mismos; si somos capaces de postergar las
metas y rutinas personales para acomodarnos a las demandas de los demás; si nos
sacrificamos hasta que duela y terminamos siendo o pareciendo víctimas del
otro; si hemos perdido el interés de vivir nuestra propia vida; si padecemos
síntomas como gastritis, diarrea crónica, depresión dolores de espalda y
cabeza, en general que ya no se logra tener un equilibrio de buena salud; si
sentimos miedo al abandono; si no podemos poner límites; si nos cuesta manejar
la ira, tanto la propia porque no la podemos parar o por el temor exagerado por
la ira de los demás; si vivimos sacrificándonos por otros y ellos no dan lo que
merecemos, necesitamos o esperamos.
Una de las mayores
justificantes para ocultar de codependencia es cuando una persona vive el amor,
ya que se nos ha inculcado que en el amor se da todo, que debes vivir para tu
pareja, que debes cumplir hasta su último capricho, etc., y con la justificante
del amor, hay personas que van por la vida diciendo que aman demasiado a su
pareja, que por amor hacen todo por los suyos, que el amor es la razón de su
ser, solo que el problema es cuando la persona vive su vida a través de la vida
de los demás y con el escudo del amor, se engaña a sí misma creyendo que por
amor va a vivir la vida de los demás, sin darse cuenta que es un acto de
invasión, intromisión y limita la libertad de los demás y a la larga siempre
terminan mal ese tipo de relaciones, ya que sus necesidades van más allá de lo
que corresponde al verdadero amor.
Así es como nos
enredamos en los problemas de los otros, y vamos dejando a un lado nuestras
cosas, por buscar entre las cosas de los otros. En esta situación se permiten
abusos, maltratos y dolor, tanto físico, pero sobre todo psicológico y
emocional y siempre hay la tendencia a pensar que no es suficiente lo que
hacemos por los demás, como si esa fuera una misión que se nos encomendó.
El
apego, a diferencia del amor, se define como la inclinación, dependencia,
afición o adicción hacia algo o alguien. Por ello, el apego (que forma
relaciones codependientes) es una causa de sufrimiento porque esclaviza a las
personas impidiéndoles ver la realidad; desde ese punto de vista, no hay apegos
grandes o pequeños ya que todos son igualmente negativos. El apego es un
sentimiento de pertenencia, posesividad, miedo e interés. Es el amor enfermo
hacia la otra persona la que provoca la pérdida del norte de la propia vida a
causa de estar pendiente del otro. Cuando sentimos apego respiramos el mismo
aire de esa persona, queremos controlar lo que hace, dice y piensa, casi
quisiéramos meternos en su propia piel para entender todo sobre la otra
persona. Así, nos convertimos en un apéndice de la otra persona, perdiendo
nuestra propia valía e independencia personal.
Los codependientes
son “adictos afectivos, los cuales dependen de otros para vivir, buscan
gratificación en los otros como los adictos a la droga”. Son individuos que
sienten un gran temor al abandono, necesitan aferrarse a otros incluso cuando
la compañía les cause dolor. Por otro lado, el compañero del codependiente,
estimula y propicia las conductas adictivas porque las necesita para afirmarse
a él mismo.
Hace
muchos años, un amigo a cuya esposa le decíamos doña Robustiana (personaje
radial en la vieja Managua de los años 60 y 70 que maltrataba verbal y
físicamente al esposo llamado don Cándido),
porque no lo respetaba, lo avergonzaba frente a los demás, etc…, cuando
llegó al punto de inflexión de aceptar que la esposa era el principal factor de
infelicidad en su vida, y que debía decidir si continuar en esa vida de
sufrimiento, de frustración, de depresión, u optar por una vida mejor,
dejándola si era necesario. El pensamiento que le atormentaba era: “Si la dejo
se va a enfermar y hasta se puede morir”. Pasó a la etapa de introspección,
repasó la película de su vida de matrimonio, hizo un balance cuyos resultados
fueron negativos para él y finalmente optó por el camino de la separación. Hoy,
después de un poco más de 30 años, ambos
reconstruyeron sus vidas, formaron un nuevo hogar y tienen una vida diferente.
¿Cuándo Salir De Una
Relación?:
De acuerdo a especialistas en el tema, existen 3 razones para dejar una relación:
- Cuando no te quieren. Tu pareja puede decir quererte, pero si en las acciones no lo muestra, sinceramente no te ama.
- Cuando no te permiten seguir desarrollándote. Cuando tu pareja se convierte en un obstáculo para ti. Sean sus celos, su indiferencia, su sarcasmo o bien su violencia, lo cierto es que no te permite crecer.
- Cuando tu pareja pisotea tus derechos humanos. En este punto se trata de la dominación, la humillación, las amenazas, el terror, el chantaje y los golpes que en ciertas ocasiones tu pareja utiliza para que no salgas, o para que las cosas sigan igual.
Los individuos que
sufren codependencia pueden buscar asistencia a través de varias terapias
verbales, sin embargo pueden abandonarla cuando en el proceso descubren que los
puede llevar a "dejar" al otro.
La codependencia
resulta de eventos vividos, quizá dolorosos, que marcan la ruta de las personas
atrapadas en dichos comportamientos. Es decir, estas son conductas aprendidas,
por lo tanto, se puede afirmar que así como se aprenden de igual manera se pueden
desaprender. Y el proceso de liberación se inicia a partir de que se toma
conciencia que muchas cosas que te hubiera gustado realizar no las has llevado
a cabo por privilegiar las necesidades, los gustos y
hasta caprichos de otras personas.
La
introspección es una especie de viaje interno que realizamos para tomar
conciencia de la situación que hemos vivido y/o estamos viviendo. Cuando nos
examinamos y establecemos lo que pensamos y sentimos, ello nos permite encausar
los acontecimientos hacia una resolución favorable.
La
introspección debiera ser una práctica más o menos habitual, ello nos
proporciona la posibilidad de vernos en el espejo del alma, que nos devuelve
una imagen tal cual somos: sin máscaras. No es sencillo pero debemos hacerlo
sabiendo que no somos perfectos y que estamos dispuestos a enmendar errores del
pasado, a renovar creencias y orientarnos hacia nuevos retos, a ser libres de
codependencia y optar por una calidad de vida adecuada.
Como seres humanos
que somos, es importante entender que las relaciones sanas son relaciones en
las que la persona asume la responsabilidad de su propia vida y de sus acciones
y acepta que en la relación se van a experimentar momentos felices pero a la
vez sufrimiento, y que la felicidad no está en el otro, sino que depende de
cada uno de nosotros, en definitiva, son relaciones en las cuales no hay temor
sino libertad e independencia.
Debemos
recordar que el deseo mueve al mundo y la dependencia lo frena. El objetivo no
es reprimir las ganas naturales que surgen del amor, sino fortalecer la
capacidad de desprenderse cuando haya que hacerlo. El “sentimiento de amor” es
una variable importante al tener una pareja, pero no es la única. Una buena
relación de pareja también debe fundamentarse en el respeto, la comunicación
sincera, el deseo, los gustos, los principios y valores, el humor, la
sensibilidad y la amistad, entre otras.
El buscarse a uno
mismo, el quererse y el aceptarse son las bases para establecer relaciones
sanas y realistas con los demás. El poder de una pareja, aunque suene a tópico,
no lo tiene el que tenga más dinero, ni el más fuerte, ni el más inteligente,
sino el que necesita menos al otro. Lo importante de una relación de pareja no
es quién lleva las riendas sino cómo se llevan.
Recordemos que el
ser independiente no implica desamor. Cuando alguien es independiente lo que
está cultivando es un amor razonable, un amor pensado, un amor inteligente.
Cuando
el amor no produce paz sino angustia o culpa, está contaminado de
codependencia. Ese tipo de amor es patológico, lo que se puede considerar un
amor enfermo, ya que es muy destructivo, pues al no producir paz interior ni
crecimiento espiritual nos lleva a la infelicidad.
Por
eso hay que tener cuidado, el amor no duele, el amor no es una lucha, el amor
no es una constante batalla, el amor no es culpa, el amor no es rencor, el amor
no es desvelo, el amor no es llanto, el amor no es desconfianza, el amor no es
pelea, etc.
Si Ud. está
aprisionada por la codependencia, pídale a Dios que le respalde, y actúe para liberarse
de esas cadenas.