La Amistad
Francis Bacon, quien en una emotiva página escribió: "La amistad hace de tormentas y tempestades un lindo día en los afectos, y de la oscuridad y confusión de pensamientos, la luz del día".
Compartimos ahora una lista de seis rasgos inconfundibles de una amistad auténtica, tomados de un video de The School of Life, un proyecto del filósofo suizo Alain de Botton (del cual nos hemos ocupado anteriormente).
La lista, sin ser exhaustiva, nos ofrece algunos buenos motivos para reflexionar sobre el lugar que damos a la amistad en la vida y lo necesarios que son los amigos, tanto tenerlos como serlo, es decir, tanto cultivar una relación de amistad como ofrecer nuestro corazón en un vínculo de este tipo.
Confías en tus amigos y ellos saben que pueden confiar en ti
Hay pocas relaciones a lo largo de la vida en donde es posible mostrarnos tal y como somos, voluntariamente, en especial en nuestros momentos de mayor vulnerabilidad. La amistad permite eso. Fracasos, dolores, temores, aquello que nos avergüenza o que nos enoja: un amigo verdadero puede recibirlo, porque con un amigo es posible confiarse, tanto en palabras como en actos, pues sabemos que antes que lastimarnos, buscará protegernos.
Tus amigos te aceptan como eres
En el sentido del punto anterior, los amigos se definen como tales porque se aceptan tal y como son, cada uno con sus imperfecciones a cuestas.
Tus amigos están ahí cuando la tormenta pasa
Los amigos suelen entender las extravagancias que a veces nos llevan a perder el control. Todos en algún momento pasamos por momentos en que nos enojamos, nos entristecemos, nos alejamos de las personas, etc., y aunque estos arrebatos pueden hacernos perder una relación, hay amigos que los soportan, no porque tengan vocación de mártires, sino porque entienden, porque han comprendido que el ser humano es así y que a veces la amistad tiene que estar por encima de ello. Un amigo está ahí cuando la tormenta pasa.
Tus amigos te conocen
A veces, cuando perdemos el camino, son los amigos quienes nos hacen reencontrar nuestra ruta. Las personas que nos han conocido en las buenas y en las malas, que quizá nos han acompañado en nuestro crecimiento, que nos han visto experimentar y con quienes seguramente hemos hecho muchas de estas cosas juntos son personas que nos conocen y por ello mismo, cuando es necesario, son capaces de recordarnos quiénes somos.
Tus amigos recuerdan tus cualidades
En otro aspecto, los amigos también suelen tener buena memoria sobre nuestras cualidades. En momentos en que se tambalea la confianza en lo que sabemos y podemos hacer, un amigo bien nos puede recordar nuestro potencial y los logros que ya hemos alcanzado hasta la fecha.
Tus amigos creen en ti
Un amigo cree en ti y tú crees en tus amigos. Hay cierta especie de confianza ciega, casi exclusiva de la relación de amistad. Nunca se confiará tanto en una pareja, un hermano o un compañero de trabajo como se confía en un amigo. Y qué bueno que sea así, pues sin una relación de ese tipo la vida en el mundo sería un tanto más complicada.
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