Rafael Vídac
Viviendo para crecer, creciendo para vivir
Cuando El Corazón Despierta
Es inevitable. Por muchas vueltas que demos, más tarde o más temprano, llega esa etapa en la que nuestra capacidad afectiva madura lo suficiente como para ir un poco más allá de las estrechas limitaciones que nos impone nuestro propio ego. No es el primer cambio—ni será último—a lo largo de nuestro extenso camino de crecimiento y aprendizaje, pero sin duda es una etapa importante.
¿Y cómo podemos saber si estamos cruzando esta experiencia de expansión y de revolución interior?
Cuando las apariencias, lo vano, lo superficial, empieza a producir insatisfacción.
Cuando aprendes a reconocer tus errores y también a aprender de ellos.
Cuando 'disfrutar', se convierte en algo tan importante como 'lograr'.
Cuando 'aportar', es aún más importante que 'disfrutar'.
Cuando sientes que sabes, a menudo, sin entender por qué lo sabes.
Cuando es más importante lo que haces que lo que tienes.
Cuando es más importante lo que eres, que lo que haces.
Cuando empieces a hacerte preguntas honestas sobre ti mismo.
Cuando empiezas a cambiar el juicio dañino hacia ti mismo, por cariño y comprensión.
Cuando solo persigas cosas que no te hagan daño, ni hagas daño mientras las persigues.
Cuando empiezas a sentir que puedes, aún cuando tu mente dice lo contrario.
Cuando agradeces lo que tienes, mientras reconoces todo lo que mereces… y está esperando a que luches por conseguirlo.
Cuando todo eso ocurre, no hay duda: ¡tu Corazón despierta!