viernes, octubre 16, 2015

Sara Teasdale (3/5)

Sara Teasdale (3/5)
(San Luis, 8 de agosto de 1884 – Nueva York, 29 de enero de 1933)

Fue una poetisa lírica estadounidense. Nació como Sara Trevor Teasdale y después de su matrimonio pasó a llamarse Sara Teasdale Filsinger. El 29 de enero de 1933, a la edad de 49 años, se suicidó con una sobredosis de somníferos. Está enterrada en el Cementerio Bellefontaine. Su amigo y antiguo amor, el poeta Vachel Lindsay se suicidó a finales de 1931, a la edad de 52 años, bebiendo una botella de lejía.

Versiones de Víctor Olaya

El Río

Vine de los soleados valles
y busqué en el mar abierto pensando
que mi paz vendría a mí
en sus planicies grises.

Por fin llegué al océano
y lo hallé negro y salvaje,
y rogué a los apacibles valles:
"Por favor, llevadme de vuelta".

Pero subió la marea sedienta
y las saladas olas me bebieron,
y yo, que fui tan fresca como la lluvia,
ahora soy amarga como el mar.

***

Hojas

Una por una, cual hojas de un árbol,
me abandonaron mis creencias.
Pero sobre mí las estrellas
arden blancas y rojizas
y bajo mis pies la tierra otorga
vida a la vigorosa hierba.

Yo, que era feliz de ser
tan sólo un árbol de voz dulce,
un crepitar de delirio
en el mustio corazón de la noche,
he perdido las hojas que sabían
del tacto de la lluvia y el peso del rocío.

Cegado por una corona de hojas
ni arriba ni abajo miraba.
Pero las pequeñas hojas que han muerto
han dejado espacio por donde ver al cielo.

Ahora sé por primera vez,
que aquí abajo está la tierra
y allá en lo alto las estrellas.

***

La Respuesta

El día en que a la tierra regrese
y que de mi cuerpo gozoso
se aparte el rojo y el blanco,
que alguna vez fueron tan orgullosos.

Si con falsa y vana compasión
sobre mí han de pasar los hombres.

El polvo que ahora soy,
con fuerte voz les responderá:
"Id tranquilos, estoy feliz,
llevaos vuestra pobre compasión;
el gozo fue en mí una llama
demasiado firme para apagarse,
flexible cual el junco que se dobla,
adoradora del viento que la azota.
Hallé más deleite en el dolor
del que podríais
hallar vosotros en el mismo gozo"

***

Sobre Los Tejados

I
Oh, campanas, sonad sin fin
sobre la soleada torre,
haced de todas las horas una sola,
que cuando empiece a florecer el ocaso
¡mi amado habrá de venir!. . .
Pero no, repica sin prisa, a vuestro ritmo,
no debo apresuraros de este modo.
Que mientras espero mi amor venir,
otra mujer en silencio aguarda
temiendo que su amor un día se marche.

II
Oh, blanco vapor sobre los tejados, ¡sopla alto!,
oh, campanas sobre la torre, ¡sonad libres y claras!,
despierte el sol sobre el cielo cubierto,
porque el hombre a quien amo me ama, y yo. . .
Dispérsate y muere, vapor, al viento;
se alce la torre hacia el sur amortajada;
que el destino oyó mi alegre llanto
y posó su dedo sobre mi boca.

III
Azul era el atardecer, con el soplo de la niebla;
eran las luces, diminutos broches sobre un velo,
y desde el lejano clamor, allá abajo
como una débil música, flotaba un lamento
dando voz a lo que yo nunca diría.
Mi corazón rompiéndose
durante toda la noche
mas luego, al amanecer duro y gris,
en una canción se destiló mi llanto.

IV
Yo dije: "he cerrado mi corazón
como se cierra una puerta,
de hambre allí muera el amor
y no me cause más molestia"

Pero el viento húmedo de mayo
vino entonces sobre los tejados,
y una canción se oyó desde la acera
al callejero son de los pianos.

La habitación era blanca bajo el sol
y clamaba el amor dentro de mí:
"soy fuerte, a menos que me dejes libre,
romperé tu corazón".

***

Un Llanto

Hay ojos que él puede ver
y manos que hacen sus manos gozar,
mas para mi amor yo debo ser
tan sólo una voz.

Hay pechos en que acostar su rostro
y labios donde los suyos pueden posarse,
mas yo debo ser hasta el día que muera
tan sólo un llanto.

***

Inmortal

Más allá de cuanto oyes y ves
ya pronto se irá mi cuerpo,
y aunque ahora despierte y sufra,
inquebrantable será entonces su sueño.

Ah, pero mi alma frágil e inmortal
no tendrá nunca la paz eterna,
una hoja barrida por el viento,
una ola que la orilla no encuentra.

***

Tras La Muerte

Ahora, mientras mis labios están vivos,
han de permanecer impronunciadas sus palabras.

Y una vez que yo haya muerto
¿acaso se acordará de hablar mi alma?

Pero, querido, aunque de ello se acordara mi alma,
atención alguna en lo dicho tú no pondrías.
Porque ahora nada debes escuchar,
y nada podrías tampoco oír en ese día.

***

Para E.
(fragmento)

[...]

En la oscuridad recordé la música,
el brillo limpio y rápido de una fuga de Bach
y el canto de las aguas que corrían entre las rocas
cuando en un bosque inglés pude oír trinar una alondra.

Pero toda la belleza que evoco
no es sino un vago preludio antes de pensar en ti.

Tú eres el alma más rara y extraña que he conocido,
amante de la belleza, el mejor y más caballeroso.
Mis pensamientos te buscan como olas que buscan la orilla
y cuando pienso en ti,
descanso.

***


Trueque

La vida tiene amor para vender,
todas las cosas hermosas y espléndidas.
Las olas azules blanqueando contra el acantilado,
el ascendente fuego que vibra y canta
y los rostros de los niños mirando alto
sosteniendo el milagro como una copa.

La vida tiene amor para vender,
la música como una curva dorada
el aroma de los pinos bajo la lluvia,
ojos que te aman, brazos que te acogen,
y para el tranquilo deleite de tu espíritu
sagrados pensamientos que siembran
de estrellas la noche.

Gasta todo lo que tengas por amor,
cómpralo y no repares en gastos,
porque una sola y blanca hora de paz
bien vale muchos años perdidos de lucha.
Y por un hálito de éxtasis,
entrega todo lo que has sido,
o lo que podrías ser.

***

Una Noche De Invierno

Los cristales de las ventanas llenos de escarcha,
el mundo es amargo y helado esta noche,
la luna es cruel y el viento
lacera como una espada de doble filo.

Dios se apiade de los que no tienen hogar,
de los mendigos vagando de un lado a otro,
Dios se apiade esta noche de los pobres
que caminan las calles de nieve y luz de faroles.

Mi habitación es como un pedacito de junio,
cálido y con las cortinas cerradas a cal y canto.
Pero en algún lugar, cual un niño sin hogar,
mi corazón está llorando en medio del frío.

***

Mas No Hasta Mí

Con flores en cada árbol,
dulce y silenciosa es la noche de abril.
La paz llega de puntillas hasta ellos,
mas no hasta mí.

Mi paz se esconde en su pecho,
donde yo nunca estaré, justo allí.
El amor llega hoy a todos los demás,
más no hasta mí.