jueves, julio 30, 2015

Vladímir Vladímirovich Maïacovski, III

Vladímir Vladímirovich Maïacovski
(Baghdati, Georgia, 19 de julio de 1893 – Moscú, 14 de abril de 1930)
Fue un poeta y dramaturgo revolucionario ruso y una de las figuras más relevantes de la poesía rusa de comienzos del siglo XX.

Poeta ruso nacido en la aldea georgiana de Baghdati en julio de 1893. Al fallecer su padre en 1906, se trasladó con su familia a Moscú, donde pronto suspendió sus estudios para vincularse a la política. Maïacovski constituye un fenómeno extraordinario de la poesía rusa. Valiente, ingenioso, brillante polemista, talentoso pintor  y artista de cine, fue el símbolo de la poesía innovadora del siglo XX. Como ensayista brilló con fuerza excepcional, escribiendo múltiples textos en los que siempre defendió su posición revolucionaria, convirtiéndose en "representante plenipotenciario" del comunismo en el extranjero. El gran amor de su vida, Lili Brik (casada con otro), a quien le dedicó su más famosa obra y los viajes realizados a Francia y Estados Unidos dejaron una honda huella en su poesía. Después de una vida de lucha  y sacrificio,  víctima de un amor imposible, y sintiéndose derrotado y abandonado, Maïacovski se suicidó, a los 36 años, de un disparo en el corazón el 14 de abril de 1930.

(Versiones de Lila Guerrero)

Conversando con la Torre Eiffel

  

La Torre Eiffel fue pensada para ser el centro de atención de la exposición de 1889 que se celebraría en París», que además celebraría el centenario de la Revolución francesa.  Construcción: inicia el  28 de enero de 1887, finaliza en marzo de 1889. Por 41 años fue la estructura más elevada del mundo.

París,
caminada por millones de pies,
gastada por miles de llantas.

Ando errante por tus calles,
solo, hasta el horror,
ni un rostro amigo,
hasta el horror,
ni un alma.

Alrededor mío,
los autos fantasean una danza.
Alrededor mío,
desde sus fauces de dragones-pescados y luises,
silba y cae el agua de las fuentes.

Llego a la plaza de la Concordia,
y espero a que venga a la cita,
cruzando la niebla,
surgiendo tras las casas apiladas,
la torre de Eiffel.

Torre,
más despacio,
que la pueden ver.

La luna, tema de guillotina,
asiste a nuestra cita.

Me acerqué a ella,
susurrándole en la radio-oreja.
He aquí lo que le digo:

-He hecho propaganda a los edificios y a las cosas.
Nosotros,
sólo esperamos su aprobación.

Torre,
¿quiere encabezar la insurrección?
Torre,
nosotros la elegimos jefe.

Usted,
modelo de genio y técnica,
no debe quedar aquí,
ocultando sus contornos serenos, elegantes... perfectos

No es para usted,
este lugar de podredumbre,
París de prostitutas,
la Bolsa,
y los "poetas".

Los trenes están de acuerdo.
Los trenes están conmigo.
Ellos,
arrojarán al público,
de su embaldosados vientres.

Y la sangre nueva,
lavará las paredes,
de los afiches de polvo y perfume.
Ellas,
-las paredes-
están convencidas.
Ellas no quieren ser esclavas de los avisos lujosos,
ellas saben que les sienta mejor a la cara,
nuestros agudos carteles de lucha.

¡Torre!
¡No tenga miedo a las calles!
Si el tren no suelta la gente,
la calle lo castigará con los rieles.
Yo levantaré el motín de los rieles.

¿Teme?
Los tractores vendrán en columnas,
nos defenderán.
Vendrán <barrios bohemios,
artísticos e intelectuales> en nuestra ayuda.

¡No tema!
Ya me puse de acuerdo con los puentes.
Vadear los ríos,
no es fácil.
Los puentes,
se levantarán de golpe,
movidos por el arraigado rencor,
cerrando las entradas a la ciudad,
por todos los costados de París.
Al primer llamado,
se amotinarán los puentes,
arrojando a los peatones,
con su toros de piedra.

Se rebelarán todas las cosas,
las cosas,
ya no pueden soportar más,
este orden de cosas.
Pasarán quince años o veinte,
se ablandará el acero,
y las mismas cosas
se lo aseguro,
irán solas,
a venderse por las ferias y mercados.

¡Torre vamos!
Venga con nosotros.
Usted,
allá, en casa,
nos hace más falta.

¡Venga con nosotros!
La recibiremos,
con el brillo de nuestros aceros.
La recibiremos,
con más ternura que a la primer amante amada.
¡Vamos a Moscú!

Torre,
allá tenemos más lugar.
Usted,
tendrá todas las calles que quiera.
Nosotros,
la cuidaremos,
cien veces al día,
lustraremos su acero y su cobre,
y quedará como el sol.

Deje,
que su ciudad-,
París de tontas pitucas,
París de bulevares abribocas,
acabe sola,
enterrada en el cementerio del Louvre,
con el vejestorio de su museo en los Bosques de Boulogne.

¡Adelante!
¡Marche!
¡Marche con sus cuatro patas poderosas,
remachadas según lo planos de Eiffel,
para que en nuestro cielo,
asome tu frente de radio,
para que nuestras estrellas,
ante ti se avergüencen!

¡Decídase, torre!
Hoy se levantan todos,
removiendo a París,
desde la cabeza hasta los pies.

¡Vamos,
venga con nosotros a la URSS!
¡Venga, con nosotros!
Yo,
le conseguiré el pasaporte.

***

Despedida

En el auto ya,
después de cambiar el último franco,
pregunto:
-¿A qué hora partimos hacia Marsella?

París,
corre,
despidiéndome,
con toda su extraordinaria belleza.
Sube a mis ojos,
la humedad de esta separación.
Mi corazón,
de sentimentalismo se ablanda.

¡Yo quisiera vivir,
y morir en París,
si no existiera,
esa bella tierra,
que se llama Moscú!

***

Sin terminar

Yo conozco el poder de la palabra,
yo conozco su llamado poderoso.
Hay palabras,
que levantan a los seres de las tumbas,
y marchan solas,
sobre sus cuatro patas.

A menudo,
hay palabras que se pierden
se tiran,
no se imprimen,
no se publican.
Pero la palabra corre,
ajustando sus tiradores,
resonando en los siglos,
y se acercan los trenes arrastrándose
lamiendo,
las manos callosas de la poesía.

Yo conozco el poder de las palabras,
más que muchos,
más que un pétalo caído,
bajo el pie de la danza.

Pero el hombre,
entrega el alma,
los labios,
entrega todo su esqueleto...

Me ama;
mucho, poquito,
o no me ama...

Me rompo las manos,
apretando los dedos,
y arrojo al aire los dedos rotos.
Así se rompen o arrojan,
los pétalos de las margaritas,
cuando se adivina el amor en el mes de mayo.

Dejad que al rasurarme,
se descubra el pelo plateado de los años.

Espero,
creo:
en los siglos de los siglos jamás me llegará
el día vergonzoso de mi sano juicio.

Ya son las dos.
Tal vez ya estás acostada.
En la noche,
la Vía Láctea,
hace su camino de plata.
No te apuro,
con telegramas urgentes,
no tengo por qué
despertarte ya,
ni molestarte.

Como se dice,
el "incidente" ha terminado.
La barca del amor,
se ha estrellado,
contra la vida cotidiana.

Estoy a mano contigo.
No hay por qué enumerar,
nuestros dolores recíprocos,
desgracias,
ofensas.
¡Mira el universo,
qué silencio!

La noche,
ha cubierto el cielo,
con su mensaje de estrellas.
En horas como ésta,
uno se levanta y habla,
a los siglos,
a la historia,
al mundo.

Ya son las dos...
tal vez ya estás acostada,
o tal vez,
tú también estás así como yo...
No te apuro ya,
con telegramas urgentes,
no tengo por qué
despertarte ya,
ni molestarte...

***

A todos
Carta de Maiacovski del 12 de abril de 1930, dos días antes de morir

De mi muerte, no se culpe a nadie, y por favor, sin comentarios.
Al difunto le molestaban enormemente.
Mamá, hermanas, camaradas, perdonadme, -no es un método-
(no se lo aconsejo a nadie), pero no tengo otra salida.

Lila, ámame.

Camarada Gobierno: mi familia se compone de Lila Brick, mamá,
mis hermanas y mi esposa Verónica Vitóldovna Polónskaia.
Si les haces la vida soportable, gracias.

Envíen los versos sin terminar a los Brick.
Ellos sabrán descifrarlos.
Como se dice,
el "incidente" ha terminado,
"la barca del amor,
se estrelló contra la vida cotidiana":

Estoy a mano con la vida,
y es inútil recordar,
dolores,
desgracias,
y ofensas recíprocas.
Sigan felices.

***

El amor le es dado a cualquiera...

El amor le es dado a cualquiera
pero...
entre el empleo,
el dinero y lo demás,
día tras día
se endurece el subsuelo del corazón.



domingo, julio 26, 2015

26 de Julio, El día de los abuelos

Feliz Día Abuelitos

El día de los abuelos es un día conmemorativo dedicado a los abuelos dentro de la familia, complementando al Día de la Madre y al Día del Padre. En bastantes países latinoamericanos se ha elegido el 26 de julio para esta celebración, por ser el día en el que la liturgia católica conmemora a san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos de Jesús.


 

Ancianos: 50 fotos que te sacarán una lágrima

Ancianos: 50 fotos que te sacarán una lágrima 




Francisco Villaespesa 
Francisco Villaespesa Martín 
(Laujar de Andarax (Almería) 15 de octubre de 1877 - Madrid, 9 de abril de 1936), 
poeta, dramaturgo y narrador español del Modernismo.

Sonetillo El Poeta Recuerda

Sus frases nunca me hirieron 
y siempre me consolaron. 
¡Heridas que otras me abrieron, 
sus propias manos cerraron! 

Aun cuando penaba tanto, 
tan buena conmigo era, 
que hasta me ocultaba el llanto 
para que yo no sufriera. 

Con su infinita ternura, 
mi más intensa amargura 
supo siempre consolar. 

¡Y qué buena no sería, 
que al morirse sonreía 
para no verme llorar! 


¡¡ Mami, cuánta falta me hace !!

jueves, julio 23, 2015

Vladímir Vladímirovich Maïacovski, II

Vladímir Vladímirovich Maïacovski
(Baghdati, Georgia, 19 de julio de 1893 – Moscú, 14 de abril de 1930)
Fue un poeta y dramaturgo revolucionario ruso y una de las figuras más relevantes de la poesía rusa de comienzos del siglo XX.

Poeta ruso nacido en la aldea georgiana de Baghdati en julio de 1893. Al fallecer su padre en 1906, se trasladó con su familia a Moscú, donde pronto suspendió sus estudios para vincularse a la política. Maïacovski constituye un fenómeno extraordinario de la poesía rusa. Valiente, ingenioso, brillante polemista, talentoso pintor  y artista de cine, fue el símbolo de la poesía innovadora del siglo XX. Como ensayista brilló con fuerza excepcional, escribiendo múltiples textos en los que siempre defendió su posición revolucionaria, convirtiéndose en "representante plenipotenciario" del comunismo en el extranjero. El gran amor de su vida, Lili Brik (casada con otro), a quien le dedicó su más famosa obra y los viajes realizados a Francia y Estados Unidos dejaron una honda huella en su poesía. Después de una vida de lucha  y sacrificio,  víctima de un amor imposible, y sintiéndose derrotado y abandonado, Maïacovski se suicidó, a los 36 años, de un disparo en el corazón el 14 de abril de 1930.

(Versiones de Lila Guerrero)

4. Mi universidad

¿Sabe francés,
restar,
multiplicar?
...
Pero, oiga,
¿Acaso usted podría cantar en dúo,
con los edificios?
¿Usted acaso comprende
el idioma de los tranvías?

El hombre, a veces,
apenas sale del cascarón
y ya lleva  libros bajo el brazo,
y cuadernos escritos.

Yo,
aprendí el alfabeto en los letreros,
hojeando páginas de estaño y hierro.

Los maestros,
toman la tierra,
la descarnan,
la destrozan,
y enseñan:
-Toda ella
no es más que un globo pequeño, redondo.

Pero yo,
con los codos aprendí geografía.
No en vano he dormido tanto sobre la tierra.

Los historiadores se atormentan con importantes preguntas:
-¿Era o no roja la barba de Barbarosa?
¡Como sea!
...

Yo,
desde niño.
aprendí a odiar a los glotones,
a los que se venden por una comida.
Se sientan,
charlan,
y para gustarle a la dama,
hacen sonar sus pobres ideas
con sus frentes llenas de monedas.

Yo,
dialogaba sólo con los edificios,
y las tomas de agua, eran mis interlocutoras,
con la ventana del oído atento escuchando,
los techos oían lo que les arrojaba al oído.

Y luego,
de noche,
sobre una cosa
o la otra
nos pasábamos charlando,
moviendo la "sinhueso".

5. Adulto

Los mayores tienen asuntos.
Los rubios tienen bolsillos.

¿Amar?
Por favor,
por cien monedas.

Y yo,
sin casa y sin techo,
las manzanas metidas en los bolsillos rotos,
vagaba asombrado.

Si es de noche,
se ponen los mejores trajes,
descansan el alma sobre viudas o casadas.

A mí
Moscú, me ahogaba de abrazos,
con sus anillos infinitos de plazas.

En los corazones,
suena el reloj de los amantes.
Se exaltan las parejas en el lecho de amor.

Y yo,
buscaba enloquecido,
el pulso salvaje de la ciudad
acostándome con "La Pasión" de sus plazas.
¡Entrad pasiones!
¡Trepaos con amor!
¡Desde hoy no soy dueño del corazón!
En los demás -yo sé-,
el corazón está en casa,
en el pecho,
lo sabe cualquiera.

Conmigo,
se volvió loca la anatomía,
soy todo corazón,
y palpita en todas partes.

¡Oh! Cuántas primaveras tuve
en veinte años encendidos y plenos.

El corazón tiene su apéndice,
y su carga sin gastar,
es simplemente insoportable.

Insoportable,
no para el verso,
de verdad.

6. Lo que resultó

Más de lo que se puede,
más de lo que hace falta,
como si colgara de mí,
un delirio poético.
El apéndice del corazón creció agigantado.

Una mole de amor,
una mole de odio.
Debajo del peso -las piernas-, tambaleando se mueven.

Tú sabes,
yo estoy bien formado,
y sin embargo,
cargo el complemento del corazón,
encorvado de hombros,
y me hincho de leche de versos
y no puedo irme.

7. Corazón

Lo levanté como un atleta
lo llevé como un acróbata,
como a los electores los llevan al mitin,
como en las aldeas llaman alboroto los días de incendio.
Yo llamaba:
"Aquí está,
aquí,
tomadlo".

Cuando esta mole gemía,
sin notar el polvo o el barro,
las damas se apartaban de mí como locas.
-"A nosotras, más chico.
A nosotras, algo así como un tango..."

No puedo llevarlo,
y cargo mi peso.
Quiero arrojarlo
-y sé-
no lo haré.

No resisten los arcos de mis costillas,
mi profundo jadeo.
El pecho rechina
bajo el empuje de mis pujos ardientes.

8. Tú

Entraste.
En serio miraste.
La estatura,
el bramido
sencillamente examinaste,
-un chiquillo.

Tomaste,
sacaste el corazón,
y sencillamente te fuiste con él a jugar,
como una niña juega con su pelota.

Y todas,
como si vieran milagros
exclamaron -damas y señoritas:
-¿A ese, amarlo?
Si se echa encima,
hace falta una domadora.
¡Debe ser de una jaula!"

Y yo, de júbilo
-perdí el yugo.
y de alegría,
olvidándome de mí mismo
saltaba,
-como en casamiento de indio-,
tan alegre, y bien me sentía.

9. Imposible

"Los banqueros dicen:
somos ricos sin límites,
nos faltan bolsillos-,
guardamos billetes en la caja de hierro".

Mi amor, por ti,
es un tesoro,
y lo guardo en mi caja de hierro,
y como un adinerado ando contento.

Y sólo cuando tengo muchas ganas,
saco una sonrisa,
o menos,
y emborrachándome con otros,
gasto a media noche,
unas quince monedas de lirismo.

10. Y así pasa conmigo

Los navíos,
también acuden a los puertos.
El tren,
también se apresura hacia las estaciones.
Y yo, se comprende
-yo te amo-
Y voy hacia ti
pues me atraes,
me enloqueces.
...
así yo,
vuelvo hacia ti, amada,
con mi corazón encantado.

Y a casa vuelvo contento,
como los trenes y navíos vuelven
y se quitan el óxido, lavándose y afeitándose.

Así vuelvo hacia ti.
¿Acaso,
yendo hacia ti, no vuelvo a mi casa?
A los terrenales los recibe la tierra
-siempre volvemos a nuestros deseos.

Así yo,
hacia ti siempre me inclino,
apenas nos separamos,
nos vimos apenas.

11. Deducción

No acabarán el amor,
ni la riña,
ni la distancia.

Pensado,
probado,
verificado.

Levanto solemne
el verso de mil dedos-estrofas.
Juro, amo,
fiel y seguro.

***

Balada De La Cárcel

No es muy novedoso el compás de las baladas,
pero sí duelen las palabras,
de lo que les duele,
las palabras hablan,
entonces rejuvenece el compás de las baladas.

Fue en el cruce de las calles donde viví
El cuadro era éste.
Y este era el marco.
Ella está en la cama,
está acostada.
Él sentado,
y sobre la mesa el teléfono.
"Él y Ella",
esta es mi balada.

No soy muy novedoso.
Lo terrible es,
que "él",
soy yo,
y "ella",
es mía.

¿Qué tiene que ver la cárcel?
Es Navidad.
Están de fiesta, están de algarabía.
Pero la ventanita de mi cuarto,
tiene rejas.

Eso no importa,
ya les digo,
es una cárcel.

Tengo una mesa,
sobre la mesa una pajita.
Los cables,
transmiten un
número.
Toqué apenas el tubo del teléfono,
y se me cayó el tubo de las manos.
Es de origen obrero,
dos agujas brillantes,
iluminan el teléfono.

Desde el cuarto vecino,
se oye la voz dormida:
-¿Quién es?
¿De dónde llaman?
El timbre arde de tanto chillar,
está candente el aparato,
y grita:
-¡Está enferma!
¡Está acostada!
¡Corre!
¡Rápido!
¡Es hora!

***

Amor 3

Tal vez,
quizá,
alguna vez,
por el camino de una alameda del zoológico,
entrará también ella.

Ella,
ella también amaba a los animales,
y sonriendo llegará,
así como está,
en la foto de la mesa.

Ella es tan hermosa,
a ella con seguridad la resucitarán.
Vuestro siglo XXX
vencerá,
al corazón destrozado por las pequeñeces.
Ahora,
trataremos de terminar,
todo lo que no hemos podido amar en la vida,
en innumerables noches estrelladas.

¡Resucitadme,
aunque no exista más,
porque soy poeta,
y esperaba el futuro,
luchando contra las mezquindades de la vida cotidiana!

¡Resucitadme,
aunque no exista más,
por eso
¡Resucitadme!
Quiero acabar de vivir lo mío,
mi vida
para que no exista un amor sirviente,
ni matrimonios obscenos,
deshonestos,
Maldiciendo la cama,
dejando el sofá,
alzaré por el mundo,
un amor universal.

Para que un día,
que el dolor degrada,
cambie,
y no implorar más,
mendigando,
y al primer llamado de:
¡Camarada!
se dé vuelta toda la tierra.

Para no vivir,
sacrificándose por una casa, por un agujero.
Para que la familia,
desde hoy,
cambie,
el padre,
sea por lo menos el Universo,
y la madre
sea por lo menos la Tierra.